sábado, 22 de marzo de 2014

No es lo mismo comer que nutrirse.

No es lo mismo comer que nutrirse
Si  usted tiene Enfermedad Crohn (EC) debe consumir una alimentación saludable y bien balanceada. Es importante que usted obtenga las calorías, vitaminas, minerales, proteínas y nutrientes esenciales de una variedad de grupos de alimentos.
No se ha demostrado que alguna dieta específica mejore o empeore los síntomas en la Enfermedad de Crohn. Los problemas con algunos alimentos específicos pueden variar de una persona a otra. Sin embargo, ciertos tipos de alimentos pueden empeorar la diarrea y la flatulencia (gases).
Pregúntele al médico especialista por suplementos alimenticios adicionales que usted pueda necesitar:
  • Suplementos de hierro (si es anémico)
  • Suplementos de vitaminas y minerales
  • Probióticos (para ayudar a la digestión)
Una Nutrición Balanceada, Parte Esencial del Tratamiento
Una buena y balanceada nutrición es esencial en cualquier enfermedad crónica, pero muy especialmente en aquellas que cursan con pérdida del apetito, mala digestión, mala absorción de nutrientes y diarrea, situaciones que pueden favorecer o agravar un estado de desnutrición, y por ende, el estado general de salud de los pacientes. En la enfermedad de Crohn es muy probable que se den carencias de determinados nutrientes, ya que es a lo largo del intestino delgado dónde se produce la absorción de todas las sustancias nutritivas que contienen los alimentos para poder ser aprovechadas por nuestro organismo.
•    Una restricción en la alimentación, ya sea en cantidad o tipo de alimentos, a que se someten muchos pacientes, por temor a sufrir un brote, la disminución del apetito debido a la intolerancia a ciertos alimentos, hace que el estado de salud en general del paciente se vea seriamente afectado.
•    Los fenómenos biológicos que suceden por la propia inflamación del tubo digestivo, por la fiebre y la medicación con corticoides, provocan que el gasto energético aumente, lo que se traduce en una necesidad de aumentar las calorías de la dieta.
•    La pérdida de nutrientes por mala absorción o mala digestión es elevada, y en función de la localización y la extensión de la enfermedad, aumenta el requerimiento de ciertas vitaminas y minerales.
•    Las complicaciones de la propia enfermedad, como; abscesos, infecciones, fístulas, etc., provocan una mayor pérdida de energía y de nutrientes, por lo que es imprescindible reponerlos para conseguir una rápida recuperación.
Una buena y balanceada nutrición en la persona que sufre la enfermedad de Crohn es esencial, porque ayuda a mejorar las defensas de su organismo, la tolerancia a la medicación (en ciertos casos permite reducir la dosis de corticoides), la cicatrización de posibles úlceras y heridas quirúrgicas, posibilita que los síntomas de la enfermedad no se agraven y que la función del intestino se restablezca tras un brote agudo.
Valoración del estado nutritivo en la Enfermedad de Crohn y CUCI
El estado nutricional de un paciente con enfermedad de Crohn o de CUCI, puede verse afectado por varias razones, la principal de ellas es que el padecimiento en si, se centra en el aparato digestivo, y por consiguiente la sintomatología predominantemente es del aparato en cuestión. La inflamación del tubo digestivo, la fiebre y la medicación, hacen que el gasto energético individual aumente, por lo que deberían incrementarse las calorías de la dieta. Además es importante tener en cuenta que puede haber una pérdida extra de nutrientes como consecuencia de la malabsorción, que dependiendo de la localización y la extensión de la enfermedad puede producir carencias de ciertas vitaminas y minerales. Es posible que surjan complicaciones como infecciones, fístulas (conexiones anormales que en el caso de la colitis ulcerosa se dan entre dos asas intestinales o entre el intestino y la piel), etc., en cuyo caso es imprescindible reponer las pérdidas de energía y nutrientes para conseguir una rápida recuperación.
Una correcta evaluación, permite corregir cualquier desbalance nutricional, favoreciendo un buen estado nutritivo de la persona, manteniendo en buen nivel de las defensas de su organismo, así como una mejor tolerancia a la medicación (en ciertos casos permite reducir la dosis de corticoides), la cicatrización de posibles úlceras y heridas quirúrgicas, posibilita que los síntomas de la enfermedad no se agraven y que la función del intestino se restablezca tras un brote agudo.
Cuándo se recomienda contactar al especialista?
Solicite una cita con su médico si:
  • Tiene un dolor abdominal muy fuerte
  • Ha tenido más de 5 evacuaciones diarréicas durante el día (o la noche)
  • No puede controlar la diarrea con cambios en la alimentación y los fármacos
  • Ha perdido peso
  • Presenta evacuaciones con sangre o secreción mucosa
  • Presenta úlceras ano-rectales
  • Presenta fiebre superior a 38º C, sin presencia de aparente enfermedad
  • Tiene náuseas y vómitos que duran más de un día
  • Tiene úlceras o lesiones en la piel que no sanan
  • Presenta dolor articular que le impide realizar sus actividades cotidianas
  • Tiene efectos secundarios por algún fármaco recetado para esta afección
Minimizando la molesta Sintomatología
La experiencia nos ha demostrado que las comidas suaves y blandas causan menos molestias que las comidas condimentadas o ricas en fibra (verduras y hortalizas, frutas, legumbres y cereales integrales) durante  la fase activa de la enfermedad. También sabemos que cada persona es y reacciona diferente ante un régimen alimenticio, por tanto, ante la imposibilidad de diseñar pautas que sirvan para todas las personas que padecen esta enfermedad, es necesario establecer un planteamiento dietético individualizado para cada paciente. Se vuelve de suma importancia la valoración de los alimentos que se toleran perfectamente, de aquellos que se toleran unas veces y otras no, así como de aquellos que definitivamente no se toleran, para elaborar nuestra propia lista y poder determinar los alimentos que sustituirán a otros, con la finalidad de minimizar la molesta sintomatología intestinal, además de valorar la necesidad de tomar un suplemento de vitaminas y minerales para corregir los signos tempranos del desbalance nutricional.
En esta fase activa de la enfermedad, tanto pacientes como familiares, debemos de ser muy cuidadosos para observar el momento en que aparezca una intolerancia transitoria ante la grasa, para limitar los alimentos grasos y tener un especial cuidado en la preparación de los alimentos. Se recomienda:
  • Limitar la grasa de la preparación: aceite de oliva y de semillas (girasol, maíz, etc), mantequilla y
  • margarina, nata y crema de leche, manteca, mayonesa, salsas grasas diversas.
  • Preferir los lácteos descremados o bajos en grasa (leche desnatada, queso fresco, etc.)
  • Consumir pescado blanco (mínimo 3-4 veces por semana) y menor cantidad de  carne.
  • Emplear utensilios de cocina y técnicas culinarias que no añadan exceso de grasa al alimento: cocción al agua (cocido, al vapor, escalfado), plancha o parrilla o brasa, horno, empapelado, rehogados con poco aceite.
Durante el periodo inactivo de la enfermedad se ha de recomendar una dieta libre que se ajuste al máximo a los patrones de dieta equilibrada y variada.
Pautas dietéticas a tener en cuenta para pacientes con CUCI y CROHN
Una dieta o régimen de alimentación adecuada, son necesarias para facilitar la digestión y disminuir el trabajo intestinal, así como para evitar las complicaciones y los fuertes síntomas de sus recidivas, además de complementar el tratamiento medicamentoso instaurado por el especialista.
- Se recomienda que todos los alimentos se cocinen al vapor, mediante hervido, al horno o plancha pero evitando la formación de costras quemadas. Con respecto a los métodos de cocción no realizar fritos, rehogados y gratinados, ya que aportan muchas grasas.
- No es aconsejable consumir alimentos crudos, ya que su digestión requerirá más trabajo gástrico e intestinal.
- Evite los azúcares refinados y cereales para desayuno que contengan azúcar.
- Se recomienda suprimir de la dieta los siguientes productos: lácteos con lactosa, quesos muy maduros y grasos, el alcohol, la cafeína, las gaseosas, el chocolate, los azúcares, los fritos, las grasas como mantequillas, margarinas, natas, los alimentos muy condimentados, embutidos, picantes, el tabaco, carnes rojas muy grasas, por ser irritantes intestinales.
- Manténgase perfectamente hidratado. Procure beber entre un litro y medio a dos diarios de agua.
- Si no se padece una diarrea, el uso de un regulador intestinal como el plántago o mucílago, son adecuados para mantener el tubo digestivo limpio. Siempre tomarlos separados de las comidas para que no interfiera en la absorción de nutrientes o medicamentos.
- Como en la Enfermedad de Crohn suelen presentarse deficiencias nutricionales y minerales, se recomienda aumentar el aporte de proteínas, consúltelo con su médico.
- Estas enfermedades producen deficiencias nutricionales que debilitan el sistema inmune, por lo que es necesario la ingestión de vitaminas y minerales en forma de complementos dietéticos.
- Procure realizar ejercicios para el buen manejo del estrés siempre que se pueda, esto ayudará al sistema nervioso, y a sentirse mejor, ya que está íntimamente conectado al funcionamiento del organismo.
- Consuma ácidos grasos esenciales omega-3, como el aceite de onagra o de semillas de lino o de salmón, ya que actúan reparando la mucosa digestiva, son antinflamatorios y muy necesarios para esta enfermedad.
- Las vitaminas antioxidantes ayudan a reparar el tracto gastrointestinal y a reparar los tejidos.
Consejos sobre la alimentación para pacientes con CUCI y Crohn
- Evite las comidas abundantes, “pesadas” o muy condimentadas.
- Los síntomas producidos por un alimento dependen de la cantidad del mismo.
- Distribuya la ingestión de los alimentos durante el día en 5 ó 6 tomas, procurando comer pequeñas
cantidades.
- La tolerancia a los alimentos puede ser distinta según se encuentre o no en “fase de brote”.
- La dieta deber ser individualizada según la tolerancia de cada paciente.
- Cuando introduzca un alimento nuevo hágalo con otros que ya sabe que le sientan bien.  Así podrá ir viendo cuáles son los que tolera y cuáles son los que no tolera.
- Observe la relación entre un alimento de su dieta y la presencia de los desagradables síntomas digestivos.
- Si no encuentra relación no es necesario eliminarlo de la dieta.
- Cuando un alimento sienta mal las molestias suelen aparecer después de 6 horas.  Si las molestias aparecen al día siguiente es poco probable que sean debidas a dicho alimento.
- Debe de masticar bien, comer con calma y repose después de las comidas.
- La dieta debe de ser amplia, equilibrada y muy variada.  Cuando se encuentre bien procure no comer aquello que sabe que le sienta mal.



http://grupodeapoyoeii.org/no-es-lo-mismo-comer-que-nutrirse/

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