miércoles, 30 de agosto de 2017

Anthony Blake dando visibilidad a las EII.



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Cómo actuar con los niños sanos ante la enfermedad de un hermano.

27/10/2014
Un ingreso hospitalario es un hecho que generalmente produce ansiedad y malestar en el paciente. En el caso de los niños este malestar se transfiere de forma directa a su familia. Los padres del niño enfermo sufren tanto o más que él, aunque de una forma distinta.
De la misma manera, la enfermedad infantil tiene un impacto significativo en los hermanos/as, los cuáles sufren un aumento de estrés al tener que realizar un mayor número de tareas en el hogar y recibir una menor atención de sus padres.
El objetivo de esta guía es ofrecer unas pautas para afrontar de la mejor manera posible el ingreso hospitalario de un hermano o de un niño cercano a la familia cuando el ingreso va a ser prolongado o la enfermedad es grave y/o crónica. Está diseñada para niños de entre 3 y 10 años de edad. 

¿Por qué es importante que se gestione bien el ingreso?

Los niños sanos pueden reaccionar mal ante la desinformación que muchas veces acompaña el ingreso de un hermano.Incluso a veces todos los esfuerzos que realizamos para protegerles se malinterpretan y no conseguimos nuestro objetivo.
Una mala gestión de esta situación puede conllevar a conflictos entre los hermanos, lo que suele conducir a una serie de problemas conductuales, emocionales y sociales. Estas conductas aumentan notablemente el estrés de los padres, generando un círculo vicioso.
La sobreprotección del niño enfermo y la hospitalización de éste pueden tener un impacto significativo sobre el resto de hermanos no enfermos, los cuales experimentan estrés al tener que enfrentarse a cambios en el ambiente familiar o recibir una menor atención por parte de los padres. En algunos hermanos se observa una disminución del rendimiento académico, con el consiguiente retraso escolar, acompañado eventualmente de síntomas de tipo psicosomático, todo ello por poder competir con el tiempo y energía que los padres dedican al niño enfermo. En ocasiones, los hermanos sanos llegan incluso a sentirse culpables o con cierta responsabilidad sobre la condición en la que se encuentra el hermano ingresado.
Algunos niños sanos pueden tener también sentimientos de rencor o rabia hacia el hermano enfermo, ya que no entienden la situación. Como consecuencia directa se sentirán responsables si la salud del hermano empeora o si éste falleciera, pues en su fantasía infantil no entienden que no tienen el control sobre las cosas que están fuera de su mente.

¿Cómo gestionar el ingreso de un hermano?

Existen unas pautas básicas de gestión que sirven para reducir el estrés del hermano no ingresado y para minimizar las posibles consecuencias conductuales que puedan surgir. Para ello:
  • El hermano, al igual que el niño que va a ser hospitalizado, deberá ser educado sobre la enfermedad y sus consecuencias, buscando su cooperación y promoviendo su implicación; es importante hacerle sentir que sigue siendo importante y querido
  • Se le aplicarán primeros auxilios psicológicos en momentos claves de tal manera que se intente minimizar el impacto de los estresores y promover la independencia y la autoestima.
  • Se deberá favorecer la comunicación. Es importante que el niño tenga libertad absoluta para preguntar lo que quiera y sienta suficiente confianza para explicarnos lo que siente. No debemos juzgar ni criticar nada de lo que nos diga, pues entonces se retraerá, y pese a que lo siga pensando, no nos lo dirá.
  • Se dará espacio para solucionar las dudas que pueda tener como: ¿ya no me queréis? ¿y si mi hermano no se cura qué pasará? O comentarios relacionados con lo que siente: quiero que se ponga bueno ya; estoy cansado; no quiero seguir en casa de los abuelos; quiero que se muera. Todos ellos son comentarios comprensibles desde la mentalidad infantil, pues los no son conscientes de las repercusiones ni de la realidad. Hay que explicarles bien qué está pasando y reconducir los sentimientos que ellos identifican como rabia hacia sentimientos como la frustración, la impotencia, la envidia, que aunque más difíciles de nombrar y de identificar, se ajustan más a la realidad y son más fáciles de afrontar una vez detectados.
Cuando una familia ingresa uno de los hijos, lógicamente la atención de la misma, en especial de los padres, se dirige hacia el niño enfermo. Es una situación de emergencia que requiere mayor dedicación.
Se organizan para estar con él durante el ingreso, para lo cual piden ayuda a su entorno cercano (la tía va a recoger al autobús escolar al resto de los hermanos, éstos se quedan a comer en casa de la abuela, etc.). Esta reorganización es lógica y plausible. Mientras dure el ingreso, todos deben hacer un esfuerzo extra. Pero, el hecho de que sea comprensible, no presupone que los hermanos no echen de menos a sus padres.
Por lo tanto, es importante dedicarle un tiempo diario al hijo no ingresado y que las rutinas que le conciernen no se vean excesivamente alteradas. También es importante incluirle en las nuevas rutinas que se generan dentro de la unidad familiar:
  • Preguntarle si quiere ir a visitar al hermano o no.
  • No nombrarle constantemente al hermano enfermo, sino darle espacio para que él sea quien pregunte.
  • No obligarle a hacer cosas para el hermano, pero darle la opción a hacerlas (un dibujo, un regalo, una maleta con recuerdos y objetos importantes…).

¿Cómo transmitir la información?

Ante la falta de explicaciones, el hermano sano tiende a interpretar lo que está ocurriendo desde su propia concepción del mundo y, con frecuencia, concluye que está ocurriendo algo muy grave, ya que ve muy alterados y distintos a los padres.
Los dos grandes focos de preocupación giran entornos a:
  • Preocupación por su hermano o hermana enferma. Hay que proteger a los niños de las informaciones sesgadas y las expectativas negativas. Esta información limitada puede conducir a conceptos falsos sobre la naturaleza de la enfermedad y de los tratamientos. Pueden estar especialmente predispuestos a preocuparse los días de tratamiento del hermano o hermana, tanto si comprenden, como si no, lo que le está pasando. Así mismo, si está en el hospital, les preocupa su posible muerte y las consecuencias de la enfermedad: ¿cómo enfermó mi hermano?, ¿me sucederá a mí o a mis padres?, ¿es contagioso?, ¿se va a morir?, etc.
  • Preocupación por los padres. Les ven tristes, nerviosos, cansados… Puede que, incluso, hayan escuchado alguna conversación telefónica con otro familiar o que les hayan visto llorar.
En ambos casos la mejor prevención es ofrecerles una información adaptada a su nivel de comprensión y solucionar todos los interrogantes que les puedan surgir, así como hacerles sentir que sus padres siguen estando ahí y que no han dejado de prestarle atención. 
Para poder adaptar la información al nivel de comprensión del niño debemos tener en cuenta que éste presenta una lógica propia, que se basa en el conocimiento que tiene del mundo, de acuerdo a sus experiencias y a las características de su pensamiento. Las características básicas son: 
  • Miden el tiempo de manera diferente. No conoce el tiempo convencional, no sabe cuánto es un mes, seis meses o cinco años. El tiempo lo aprendemos a medir con las experiencias vividas. Por tanto, cuando al adulto le decimos es un mes de tratamiento, lo entiende y se tranquiliza; en el caso del niño, le puede aumentar la ansiedad, pues no sabe cuánto tiempo es y además no lo puede relativizar como el adulto. 
  • Significado literal. Durante buena parte de la infancia el niño presenta un pensamiento de tipo concreto. Esto significa que el niño comprende el significado literal de las palabras y no el significado figurado de las mismas: comprende lo que conoce, observa y toca.
  • Fantasía. Es característico el pensamiento mágico y egocéntrico: el niño interpreta la mayoría de los acontecimientos que le suceden o suceden a su alrededor creyendo que son consecuencia de sus conductas y de sus sentimientos o deseos.

Reacciones esperables ante el ingreso de un hermano

La imaginación de los niños puede llegar a angustiarles sobremanera. La edad del niño influirá en el grado de elaboración de las preocupaciones: desde ¿puedo llevarle un juguete? hasta ¿puede morir?. Por regla general, las reacciones de los niños respecto a la enfermedad y el ingreso de su hermano se pueden concretar en:
  • Sentimiento de tristeza. Es normal experimentar una reacción dolorosa después de la comunicación de enfermedad del hermano. A menudo los niños reflejan el nivel de ansiedad mostrado por otros miembros de la familia, especialmente su padre y su madre.
  • Sentimiento de culpa. Algunas veces los hermanos sanos piensan que deberían haber sido ellos los que tenían que haber enfermado o bien que han sido la causa de la enfermedad. Además, pueden tener sentimientos de culpabilidad: si no se habían llevado bien con su hermano o hermana o anteriormente lo trataron mal. El niño que llega a esas conclusiones puede desarrollar un intenso sentimiento de culpa así como la necesidad de ser castigado. Este tipo de emociones se suelen expresar mediante el retraimiento, la depresión o la provocación (búsqueda) del castigo.
  • Sentimientos de celos y aislamiento. El hermano enfermo recibe mucha atención (y a menudo regalos) de la familia, amistades y personal del hospital. Los familiares, con frecuencia, desatienden a los otros hijos mientras le cuidan. Todo ello origina sentimientos de celos y aislamiento.
  • Sentimiento de enfado. A medida que el tratamiento progresa y el niño mejora, los hermanos pueden sentirse molestos y mostrar agresividad por la continua atención dada. A menudo padres y madres se quejan de problemas de conducta con los otros miembros de la familia.
  • Rabietas o conductas disruptivas. El hermano sano puede reclamar la atención de los padres mediante rabietaspequeños hurtos, contestaciones fuera de tono, descenso en el rendimiento escolar, etc. Lo que pretende con estos comportamientos es hacerse presente para sus padres, expresar que sigue necesitando de sus cuidados. Si se refuerzan negativamente esos comportamientos, si el niño siente que así es capaz de conseguir de sus padres su cupo de atención (aunque sea para reñirle o castigarle), tenderá a mantenerlos.
  • Molestias psicosomáticas. Ver a su hermano hospitalizado puede hacer que algunos niños sanos pierdan el sentimiento de inmunidad y de que nada malo le puede pasar. Simultáneamente, la enfermedad puede transformar los canales de comunicación familiar, estableciendo la enfermedad física como la vía a través de la que se consiguen los cuidados y una manera efectiva de recibir el cariño por parte de los padres. No es extraño, pues, que el niño sano empiece a manifestar síntomas tales como dolores de cabeza, de estómago, mareos u otras dolencias difusas. Este proceso, al no ser consciente, es muy resistente al cambio y puede precisar, por ello, ayuda de un profesional.
  • Niño modelo. Se pueden encontrar reacciones opuestas y que el niño intente hacerse cargo de más responsabilidades de las que le corresponden por edad y rol familiar para intentar aliviar la carga parental (de repente se afana por recoger su habitación, ayuda a poner la mesa, baja la basura, etc.). Todo ello cargado de una fuerte agresividad hacia el hermano que es quien ha provocado el sufrimiento de sus padres. La enfermedad se convierte en la pieza angular de la familia. Todo (tanto lo bueno como lo malo) gira en torno a ella.
  • Niño enfermero. En ocasiones, el hermano sano asume el rol de cuidador más de lo que sería conveniente. Puede convertirse así en una extensión del médico o de los padres soportando una carga para la que no está preparado. A veces los padres u otros familiares (sin ser conscientes de ello) fomentan ese rol sugiriéndole, por ejemplo, que vigile que se coma todo el almuerzo en el recreo, que le dé un recado al tutor de su hermano, etc. Hay que evitar ese tipo de situaciones de tal manera que el niño no se sienta responsable ni de la enfermedad ni de la evolución de su hermano.

Últimas consideraciones

Es importante que la comunicación del ingreso del hermano se haga al mismo tiempo que el hermano se entera de que va a ser hospitalizado, pero de forma adaptada a su edad y comprensión.
Por lo general, las reacciones comentadas son la forma de adaptación normal de los niños ante cambios estresantes en su vida. Éstas pueden ser minimizadas y de una duración concreta en el tiempo. Si las reacciones fuesen mantenidas o empeorasen se debería recurrir a la ayuda de un profesional. Es importante contar para ello con la compresión y ayuda de los maestros del niño sano, pues posiblemente serán ellos quienes den la voz de alerta.

Artículo realizado por la UTCCB:

Coordinadora del Área Asistencial de la Unidad de Trauma, Crisis y Conflictos de Barcelona (UTCCB), el centro de prevención y gestión de situaciones críticas de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), que ofrece intervención psicológica especializada a individuos, grupos y organizaciones en el antes, el durante y el después de un evento traumático.
UTCCB:
Dedicado a esos pequeños o no tan pequeños que muchas veces padecen en silencio y cargan con unos traumas que sin ser físicos pueden llegar a un padecimiento psicológico dificilmente  llevadero. Dedicado a todos los hermanos compañeros de viaje de sus hermanos con cualquier patología crónica.CVP.APPEII.

martes, 29 de agosto de 2017

10 vitaminas que puedes necesitar si tienes Crohn.

En la enfermedad de Crohn, los daños en el tracto digestivo causados a veces por la cirugía y la medicación utilizada para tratar la condición, pueden hacer difícil absorber los nutrientes.
10 vitaminas que puedes necesitar si tienes Crohn
Lo bueno es que las carencias de la dieta se pueden obviar mediante suplementos multivitamínicos diarios, asegura el doctor Arthur DeCross, profesor asociado de medicina en la Universidad de Rochester Medical Center en Rochester, Nueva York.
Las personas que padecen la enfermedad de Crohn deberían estar atentos a la carencias de vitaminas y minerales.
Dicho déficit puede variar dependiendo tanto de la magnitud como de la localización del daño en el cuerpo.

Las 10 vitaminas que puedes necesitar si tienes Crohn para suplir los daños

  • Obtener los nutrientes que necesitas.

1. Hierro

Uno de los síntomas característicos es la expulsión de heces sanguinolentas, que puede causar pérdida de hemoglobina, la proteína en los glóbulos rojos y anemia por la falta de hierro, un déficit de glóbulos rojos.
El clásico síntoma de la anemia es la fatiga, pero también se pueden sentir dolores de cabeza y palidez.
Una prueba de sangre puede descubrir cualquier problema.
Si los hay, algunos médicos prescriben hierro en pastillas o en forma líquida.

2. Vitamina B12

La enfermedad de Crohn puede dañar el íleon, la parte inferior del intestino necesaria para la absorción de vitamina B12.
A veces algunos segmentos del íleon deben ser extirpadas quirúrgicamente.
La carencia de B12 puede manifestarse como debilidad, fatiga, mareos y anemia megaloblástica, glóbulos rojos más grandes de lo normal.
En casos extremos, puede dañar los nervios, produciendo una sensación de hormigueo o entumecimiento en los dedos y dedos de los pies, así como dificultad para caminar.
Si hay déficit severo de B12, los suplementos no serán suficiente.
Lo más seguro es que tengas que inyectarte una vez al menos hasta que recuperes los niveles medianamente aceptables de dicha vitamina.

3. Ácido fólico

El ácido fólico es otra vitamina del grupo B y es esencial para la formación de nuevas células.
El ácido fólico es especialmente crítico en las mujeres embarazadas para prevenir defectos de nacimiento.
Pero, drogas como sulfasalazina, Azulfidine, y metotrexato pueden causar deficiencias.
Se recomienda especialmente a las personas que toman sulfasalazina, el consumo de ácido fólico diario como suplemento.

4. Magnesio

La diarrea es un síntoma común de la enfermedad de Crohn y personas con diarrea acuosa, excesiva pueden encontrar sus cuerpos desprovistos de magnesio y potasio.
El mineral es crítico para múltiples procesos corporales, incluyendo la salud del corazón, los músculos y los riñones.
Los síntomas de carencia de magnesio pueden incluir desde ansiedad, dificultad para dormir, náuseas y vómitos hasta el síndrome de piernas inquietas.

5. Calcio

A veces la enfermedad de Crohn genera deficiencias de calcio por incapacida para absorber los nutrientes.
La intolerancia a la lactosa, es común en enfermos de Crohn.
Las deficiencias de calcio pueden resultar también de tomar corticosteroides o tener inflamación activa persistente.
Pudiendo aumentar el riesgo de osteoporosis precoz.

6. Zinc

La diarrea prolongada también puede agotar las reservas de zinc. Y una deficiencia de zinc puede conducir a más diarrea, creando un círculo vicioso.
Este tipo de deficiencia es rara, aunque los niños pueden estar en mayor riesgo.
Un estudio de 2011 en la revista Clinical Pediatrics encontró que los niños recientemente diagnosticados con enfermedad de Crohn tenían niveles más bajos de zinc que niños sanos.
El déficit de zinc puede causar ralentización del crecimiento, pérdida de apetito y también puede comprometer el sistema inmunológico.

7. La vitamina D

Cerca del 68% de las personas con Crohn pueden tener deficiencias de vitamina D, provocando dolor en los huesos y músculos débiles.
La vitamina D es difícil de obtener de los alimentos, pero es producida por la exposición al sol. La vitamina D por lo general es una carencia tipica en pacientes con enfermedad de Crohn.
Todos los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal deben tener un nivel de vitamina D comprobado por lo menos anualmente y suplido como sea necesario.

8. Vitamina A

Las personas con daño o a quienes les hayan eliminado las partes inferiores de los intestinos debido a la enfermedad de Crohn pueden tener dificultad para absorber la vitamina A.
Sin embargo, por lo general las carencias pueden ocurrir si se han dado lugar obstrucciones intestinales.
El íleon tiene generalmente una pequeña población de bacterias.
Cuando el intestino está bloqueado, el líquido se estanca generando un festín para las bacterias dañinas, consumiendo toda la vitamina A.

9. Vitamina E

Otra víctima de daños en el íleon es la vitamina E, conocida por sus propiedades antioxidantes.
Los síntomas pueden incluir hormigueo y entumecimiento en los dedos y dedos del pie, conocido como neuropatía periférica, y debilidad muscular.
La vitamina E puede encontrarse en nueces, semillas, aceites vegetales, verduras de hoja verde y cereales fortificados. Pero las personas con Crohn pueden necesitar formas solubles en agua de la vitamina E.

10. Vitamina K

Como las vitaminas A, D y E, la vitamina K es una vitamina liposoluble, o sea que es de absorción más complicadas que las vitaminas solubles en agua como B y C.
Esto hace que las personas con enfermedad de Crohn sean especialmente vulnerables al déficit de vitamina K, además de A, D y E.
La vitamina K es esencial para la coagulación de la sangre y posiblemente también para mantener los huesos fuertes.
Se puede obtener de verduras de hoja verde, espinaca, col rizada, etcétera; así como en pescado, hígado, carne y huevos.

lunes, 28 de agosto de 2017

Osteoporosis y osteopenia en EII.

Las alteraciones de la densidad mineral ósea constituyen una complicación frecuente en las personas con enfermedad de crohn y colitis ulcerosa ya que nos afectan diferentes factores de riesgo, como el uso de corticoides y la propia inflamación, que se suman a los de la población general.
¿Qué son la osteoporosis y la osteopenia?
Los huesos son tejidos vivos formados en su mayor parte por colágeno, una proteína que les aporta una fina estructura, y fosfato cálcico, un mineral que endurece esa estructura. Nuestros huesos están contantemente reparándose a si mismos. A lo largo de toda nuestra vida unas células especiales rompen y hacen desaparecer el hueso viejo (resorción ósea) y otras células se encargan de construir hueso nuevo (formación de hueso).
La osteoporosis es la más común de las alteraciones de pérdida de densidad ósea. La mayoría de nuestros huesos tienen un exterior duro con una estructura en forma de panal. En la osteoporosis (que significa “huesos porosos”) los pilares que forman que la estructura interna de los huesos se hacen más finos, y por lo tanto más frágiles y con mayor probabilidad de rotura. Es decir, se altera la resistencia de los huesos y hay más probabilidad de sufrir fracturas.
La osteopenia es el termino con el que se suele describir una pérdida de hueso modera que no es lo suficientemente severa como para considerarla osteoporosis.
Cómo se diagnostican las alteraciones de la densidad ósea
El diagnóstico se realiza con la práctica de una densitometría (DEXA), una prueba que utiliza una mínima cantidad de rayos X proyectados sobre la cadera o las vértebras. Es una prueba sencilla e indolora que dura unos 20 minutos con la que se consigue una imagen en la que se detecta la cantidad del calcio del hueso para compararla con valores normales.
Es muy posible que se ofrezca realizar una densitometría a las personas que además de tener una enfermedad inflamatoria intestinal están incluidas por otras razones en los grupos de riesgo: pacientes que han tomado esteroides, mujeres en la postmenopausia o con una menopausia temprana, por ejemplo. De hecho, la recomendación para la población general es que a las mujeres de más de 50 años y a los hombres de más de 55 con un factor de riesgo se les realice una densitometría.
Los tratamientos
No existen tratamientos específicos para pacientes con EII. Las recomendaciones de tratamiento dependerán de los resultados de la densitometría , del perfil del paciente y de los otros factores de riesgo, como la toma de esteroides o haber sufrido fracturas y será el especialista en reumatología quién tome de la decisión. Como siempre, hay que tener en cuenta que para que un tratamiento sea eficaz éste debemos seguirlo según la pauta que nos ha indicado el especilista.
Calcio y vitamina D
Es fundamental asegurarse de que se está tomando las cantidades suficientes de calcio y de vitamina D. Por ello, es importante llevar una dieta equilibrada que aporte el calcio que necesitamos y  una correcta exposición a la luz solar para sintetizar la vitamina D. Aun así, Los suplementos pueden ser recomendables y se prescriben a las personas en las que tienen niveles bajo o que se están sometidos a tratamientos de corticoides. Si tienes dificultades adsorbiendo nutrientes, lo que a veces sucede cuando se tiene crohn, puede que se te prescriba una dosis más alta de suplemento de vitamina D. Las investigaciones sugieren que las personas con EII que tienen niveles bajos de vitamina D son más propensas a ser hospitalizadas o a pasar por quirófano debido a la EII en comparación con los que tienen unos altos niveles de vitamina D. De todas formas, no está claro que los niveles bajos de vitamina D sean la consecuencia de tener una EII más severa.
Bifosfonatos
Entre ellos están el ácido alendrónico, el ácido risedrónico y el ácido ibandrónico. Los bifosfonatos se encuentran dentro de la primera línea de tratamiento de la osteoporosis, son los más utilizados y de los que se disponen mayor experiencia de uso. Funcionan ralentizando las células que rompen el hueso y permiten que las células que se encargan de fabricar hueso trabajen de una manera más efectiva. Los estudios muestran que los bifosfonatos son efectivos y bien tolerados en las personas con EII y que pueden ser usados para prevenir y tratar la perdida de densidad ósea relacionada con la toma de esteroides.
Otros tratamientos
Pueden ser el tratamiento hormonal, el raloxifeno, la teriparatida o la calcitonina.
Cómo prevenir la pérdida de densidad ósea
Es mucho mejor prevenir la pérdida de densidad ósea que tratarla. Estas son algunas sugerencias que podemos tener en cuenta las personas con EII:
  • Realizar una actividad física  regularmente y en la medida de nuestras posibilidades. Bailar, correr, andar rápido,… existen muchas actividades que con las que podemos movernos y disfrutar al mismo tiempo que cuidamos la salud de nuestros huesos.
  • Evitar el consumo de alcohol y tabaco.
  • Asegurarse de que tener una dieta con el aporte adecuado de calcio y vitamina D. No es recomendable excluir los lácteos de la dieta, son los alimentos que más calcio nos pueden proporcionar  y no existe evidencias para su restricción en la EII. Los pacientes que sean intolerantes a la lactosa pueden tomar otros derivados de la leche como el yogur o el queso. Es importante recordar que los requerimientos de calcio son de 1.000-1.500 mg/día. La cantidad diaria de vitamina D recomendada está entre 400 y 800 UI. Si tu dieta no cubre las necesidades de estos nutrientes, quizás porque evitas ciertos grupos de alimentos, lo adecuado es que lo hables con tu especialista para valorar la prescripción de suplementos.
  • Si los esteroides son uno de los tratamientos de tu EII, consulta con el equipo médico cómo prevenir la perdida de densidad  de los huesos ya que estos fármacos se asocian a la disminución de masa ósea. Para evitar ese efecto sobre los huesos se recomienda asociar al tratamiento suplementos de calcio y vitamina D

La nutrición enteral exclusiva induce la remisión en la enfermedad de Crohn tan eficaz como corticosteroides, descubre el estudio.

La nutrición enteral exclusiva (EEN) es tan eficaz como los corticosteroides para inducir la remisión en pacientes con enfermedad de Crohn - incluyendo niños - y con menos efectos adversos. Según un análisis de revisión, los resultados apoyan pruebas anteriores que demuestran que EEN es seguro para su uso como terapia de primera línea para niños y adolescentes con la enfermedad.
Los médicos usan corticosteroides para revertir la enfermedad de Crohn, pero "plantean riesgos particulares en una población pediátrica", incluyendo el adelgazamiento óseo, el aumento de peso y la pérdida de masa muscular, escribieron los autores del estudio.
Una alternativa es EEN, una intervención dietética en la que los pacientes reciben una dieta líquida de fórmula, ya sea oralmente o vía sonda nasogástrica. A pesar de su eficacia, el uso de EEN para tratar la enfermedad de Crohn en América del Norte es limitado.
Los autores realizaron una revisión sistemática y un análisis para comparar la eficacia de los corticosteroides versus EEN entre los niños, con el objetivo principal de evaluar el nivel de remisión alcanzado por cada tratamiento.
Ellos buscaron los estudios publicados en ocho bases de datos en línea. De las 2.795 fuentes identificadas, se seleccionaron ocho estudios para su análisis.
Los resultados no mostraron diferencias en la eficacia entre EEN y corticosteroides en inducir la remisión de Crohn en niños. Además, en su análisis, los autores observaron que los niños tratados con EEN mostraron una mejor cicatrización de la mucosa intestinal.
"EEN puede tener el beneficio añadido de minimizar el fracaso del crecimiento, evitando cambios indeseables y difíciles de alterar en el cuerpo habitus, y potencialmente puede dar lugar a una mayor y más larga duración de la remisión", concluyeron los autores, instando a "mayor promoción" para EEN entre Médicos de los Estados Unidos.
"La pregunta más común en un paciente recién diagnosticado es '¿qué debo comer?'", Dijo el Dr. Arun Swaminath, autor principal del estudio, en un comunicado de prensa . "Este sería un momento ideal para discutir esta opción de tratamiento, especialmente en las poblaciones pediátricas, pero sí requiere un paciente motivado y un equipo de apoyo - típicamente compuesto por un dietista, una enfermera y un médico ya menudo, Hacer que todo suceda ".