Muestra de las cápsulas para el trasplante de materia fecal
Muestra de las cápsulas para el trasplante de materia fecal desarrolladas por Open Biome. /CAROLYN EDELSTEIN/OPEN BIOME.

Científicos de EE UU desarrollan unas pastillas rellenas de material fecal que pueden utilizarse para tratar infecciones bacterianas o enfermedades crónicas del intestino

Aunque no es aún muy conocido, el trasplante de heces es un tratamiento médico capaz de salvar vidas. Un ejemplo es el caso de infecciones intestinales agresivas como la causada por la bacteria Clostridium difficile, que se estima es responsable de unos 7.000 casos de diarrea al año en España. Habitualmente se tratan con antibióticos, pero estos actúan de manera similar a un bombardeo indiscriminado que se lleva por delante a todas las bacterias, sean buenas o malas. En ocasiones, las bacterias invasoras desarrollan resistencia a los antibióticos, que dejan de ser eficaces contra la infección y empeoran la salud del paciente al acabar con el resto de la flora intestinal.
Es en estos casos extremos en los que el trasplante de materia fecal se resulta tremendamente efectivo. Las heces contienen un cóctel complejísimo de microorganismos llamado microbioma. Se ha comprobado que en el 94% de los casos de Clostridium difficile tratados con un trasplante de materia fecal, el microbioma procedente de las heces de un donante sano es capaz de recolonizar el intestino de la persona enferma, restableciendo el equilibrio del ecosistema intestinal y eliminando la infección.
Pero para poder depositar la materia fecal sana en el intestino del paciente los únicos métodos disponibles hasta ahora son la colonoscopia, el enema o la sonda nasogástrica -un tubo de plástico que entra por la nariz y llega hasta el estómago o el intestino delgado-, todos ellos procedimientos invasivos y dolorosos que son molestos para el paciente y además implican un cierto riesgo.
Esto podría cambiar en breve gracias a unas cápsulas desarrolladas por una organización sin ánimo de lucro llamada Open Biome con base en Massachusetts (EE UU). Ellos son los responsables de haber creado en 2012 el primer banco de heces del país que suministra material fecal ya preparado para el trasplante a los hospitales que lo requieran. Para obtener la materia prima recurren a donantes que son sometidos a rigurosos controles sanitarios, con el objetivo de reducir el riesgo de trasmisión de enfermedades infecciosas.
Las heces contienen un cóctel complejísimo de microorganismos llamado microbioma
“Aunque la colonoscopia continua siendo el método más eficaz para realizar los trasplantes de materia fecal, las cápsulas van a proveer una vía menos invasiva.” Ha explicado Zain Kassam, responsable médico de Open Biome. “Esperamos llegar a un punto en el que los pacientes que sufren de Clostridium difficile puedan recibir tratamiento sin tener que someterse a procedimientos dolorosos”.

Los científicos de Open Biome han tenido que idear un método para que la materia fecal del interior no entre en contacto con las paredes de la cápsula hasta llegar al intestino, pues el material del que están hechas se disuelve en contacto con las heces. Este material se debe disolver al llegar al intestino delgado del paciente, depositando allí su carga. Al rellenarlas con la materia fecal del donante las cápsulas se disolvían desde dentro hacia afuera, desintegrándose antes de tiempo.
Para solucionar el problema han ideado un método por el que la materia fecal se suspende en una grasa especial formando pequeñas gotas, de manera que no entra en contacto con las paredes. El resultado es que las cápsulas mantienen su integridad a temperatura ambiente y no liberan su contenido hasta llegar al intestino delgado.
Para obtener la materia prima recurren a donantes que son sometidos a rigurosos controles sanitarios
Esta nueva forma para realizar el trasplante va a resultar especialmente útil para la realización de ensayos clínicos a largo plazo. Se cree que el trasplante de materia fecal puede ser una terapia efectiva para tratar ciertas enfermedades intestinales crónicas -como el síndrome del colon irritable o la enfermedad de Crohn- que requerirían de un tratamiento continuado. En estos casos, someter al paciente a una colonoscopia diaria no sería viable, por lo que estas nuevas cápsulas abren la posibilidad de explorar nuevas vías terapéuticas.