lunes, 24 de marzo de 2014

Los niños y los brotes.

Comprender y hacer frente a los brotes de la EII es difícil para muchos adultos, pero puede ser especialmente problemático para los niños y adolescentes. Los padres se enfrentan a una difícil tarea al ayudar a sus hijos a aceptar su enfermedad y adaptarse a una situación que los diferencia de sus compañeros.
 
La edad pico de aparición de la EII es en la adolescencia y la edad adulta. La adolescencia es un momento en que tratamos de ser más independiente y autosuficiente. Esto a menudo conduce a la rebeldía. Una enfermedad crónica como la Enfermedad de Crohn o Colitis Ulcerosa impone cierta necesidad de dependencia de la familia y los profesionales de la salud y los adolescentes pueden tener una tendencia a resistirse.
Podrán estar negados a la enfermedad y no tomar los medicamentos de forma adecuada.
 
Los niños y adolescentes pueden sufrir de depresión o ansiedad como resultado de su enfermedad.
El apoyo emocional de un consejero o psicólogo puede ayudar a aliviar la carga. Un grupo de pertenencia puede ser especialmente útil, sobre todo si los adolescentes interactúan con otros adolescentes que también poseen EII. Esto puede ayudar a aliviar algunas de las tensiones relacionadas con el hecho de tener la enfermedad.
 
Prácticamente hablando, los niños y adolescentes necesitan la ayuda de los padres y los profesionales de la salud para entender cómo manejar los brotes de su enfermedad. También es importante advertir a los maestros acerca de la enfermedad, para asegurarse que el niño tenga un adecuado acceso al baño , y para que las autoridades estén preparadas para enfrentar posibles problemas que pudiesen surgir.
 
Los mismos medicamentos que se utilizan para mantener la remisión y controlar los brotes en los adultos son los que se utilizan en los niños. Pero algunos de estos medicamentos tienen consideraciones especiales en el caso de los niños, en su mayoría relacionados con los potenciales efectos secundarios.
Por ejemplo, la prednisona puede causar física y emocionalmente efectos secundarios molestos en los niños, como rostro hinchado, acné, aumento de peso, y retraso en el crecimiento. Esto, por lo general, puede minimizarse conversando con el médico una reducción en la dosis de la medicación.
 
Se le debe brindar especial consideración a los niños más pequeños que no puedan tragar los comprimidos o cápsulas.  En ocasiones, puede ser una alternativa abrir las cápsulas y colocar el contenido en el yogur u otro tipo de alimento.  Converse con el médico tratante de su hijo sobre todos los medicamentos recetados, incluyendo los posibles efectos secundarios.

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