domingo, 12 de octubre de 2014

La flora intestinal reacciona de diferente forma ante la dieta en función del sexo.

Los hombres y las mujeres no son iguales, eso lo sabe hasta nuestra flora intestinal. De hecho, ‘nuestras bacterias’ estomacales reaccionan de forma diferente ante una misma dieta, incluso cuando ésta es idéntica. Lo acaba de averiguar un equipo de la Universidad de Texas-Austin (EE.UU.) y la información puede ser relevante para el diseño de las terapias diseñadas para mejorar la salud humana y el tratamiento de enfermedades a través de la nutrición, ya que podrían necesitar adaptarse a cada sexo
En el trabajo que se publica en la revista «Nature Communications» ha analizado la flora intestinal dos especies diferentes: peces y ratones. Además llevaron a cabo un análisis en profundidad de los datos que otros científicos han obtenido en seres humanos. Gracias a esta información los investigadores han visto que la dieta afectaba a la microbiota de los peces y los seres humanos de machos y hembras de forma diferente, con algunos casos en los que dominan diferentes especies de microbios, mientras que en otros, la diversidad de bacterias es más alta en un sexo que en otro.
Estos resultados sugieren que las terapias diseñadas para mejorar la salud humana a través de la dieta deben de tener en cuenta si el paciente es hombre o mujer. Sólo en los últimos años, la ciencia ha comenzado a apreciar completamente la importancia del microbioma humano, todas las bacterias que viven en y sobre el cuerpo de las personas. Hay cientos o incluso miles de especies de microbios en el sistema digestivo humano.
Se sabe que tanto la genética y la dieta pueden afectar a la variedad y el número de las bacterias intestinales y que éstas pueden tener una profunda influencia en la salud humana. Por ejemplo, la obesidad, la diabetes y la enfermedad inflamatoria intestinal han sido relacionadas con una baja diversidad de bacterias en el intestino humano, por lo que una idea a la hora de diseñar el tratamiento contra estas patologías es manipular los microbios del intestino a través de la dieta.
Sin embargo, tal y como apunta el autor principal del estudio, Daniel Bolnick, todavía no está claro por qué los hombres y las mujeres reaccionan de manera diferente a los cambios en la dieta. Los investigadores sugieren un par de posibilidades: las hormonas asociadas a cada sexo podrían potencialmente influir en los microbios del intestino, favoreciendo a una cepa sobre otra, y, a menudo, los sexos difieren en cómo funciona el sistema inmune, lo que podría afectar a los microbios que viven y mueren en el microbioma.

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