Cuando la vida da un un vuelco… La enfermedad crónica.
Publicada: 28 octubre, 2014 |
Autor:
Victoria
La pérdida de la salud en la vida de una persona, supone una situación
de crisis y un deterioro de su calidad de vida. La enfermedad demanda
diferentes ajustes en torno a su duración, aparición, intensidad o gravedad,
y de la valoración de la persona que lo sufre y sus allegados. Nos embarga
en un principio, una profunda preocupación e indefinición sobre la dolencia
y sobre nuestros propios planes de futuro. Y, ¿ahora qué? Ese quizás sea
el primer vuelco.
Nos enfrentamos con una nueva situación. Las enfermedades
crónicas se
caracterizan por:
-relación intensa con los estilos de vida de la persona
-largos períodos de convalecencia
-agentes causales varios
-larga duración, indefinida
-autocuidados para mantener la calidad de vida
-tratamiento farmacológico a largo plazo
-se requiere atención especializada
-gran demanda de recursos sanitarios
-etc…
(sin mencionar la posibilidad de que un mismo paciente se
enfrente a varias patologías)
Ante esta pérdida del equilibrio, como “pa-de-cientes” de una
enfermedad respondemos de diferentes maneras: baja autoestima,
sensibilidad al rechazo, apatía, bajo interés en la actividad de la vida
cotidiana, ansiedad, síntomas depresivos, irascibilidad, falta de aceptación,
problemas de afrontamiento… y un largo etcétera que es importante conocer,
pues forma parte de la enfermedad que se padece.
Las reacciones psicológicas y sociales son llamativas y las determinan la
gravedad de la dolencia que percibamos, la información que se nos de, nuestras
propias creencias al respecto, y por supuesto, el dolor y /o la discapacidad
que nos genere, la situación en la que nos llega la enfermedad, o los
síntomas que sufrimos.
Los efectos estresantes que caracterizan a la enfermedad afectarán también a
nuestro entorno, entorpeciendo las relaciones familiares, produciendo incluso
conflictos en la pareja o en el ámbito laboral. Se pueden citar algunas situaciones
que nos afectarán por el efecto de la cronicidad, como los problemas
económicos derivados de continuos gastos médicos, los constantes cambios, la
falta de aceptación de algún miembro de la familia, los cuidados que se
precisan, el agotamiento, o el no entendimiento de los más pequeños. La
amenaza recurrente de una dolencia que implica inmovilización, pérdida de
control, dolores, dudas, desánimo,… genera altos niveles de estrés a largo
plazo, que precisarán de un control especializado. Hemos de sumar además
un estrés social o cultural, el estigma, la falta de visibilización mediática…
Nos vemos reflejados en las ideas que los demás tienen sobre nuestra enfermedad.
Todo ello implica un desequilibrio en la vida de la persona, siendo la meta a
lograr la adaptación, la vuelta del ánimo, del control de nuestras vidas, comprender
qué nos sucede, y saber explicar a los demás cómo nos sentimos.
En conclusión,… la vida puede dar un nuevo vuelco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario