martes, 21 de julio de 2015

El Crohn pediátrico se triplica.

Esta enfermedad inflamatoria intestinal puede afectar al crecimiento del niño



IGNACIO RODRÍGUEZ. BARCELONA. La incidencia de la enfermedad de Crohn en niños se ha triplicado en los últimos 15 años, según un estudio coordinado por el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, en el que participaron la mayor parte de los gastroenterólogos pediátricos de España. No se conocen las causas de este aumento pero Javier Martín de Carpi, jefe de la sección de gastroenterología, hepatología y nutrición pediátrica de este hospital, señala que probablemente se encuentren en el estilo de vida de las sociedades occidentales. 
Esta patología en edad pediátrica presenta características propias: suele ser más extensa, en la mayoría de casos además de afectar al intestino delgado también daña al colon, y presenta una peor respuesta a los tratamientos habituales. Pero tiene, además, unas connotaciones importantes al producirse en un periodo crítico del crecimiento. “Si no se controla, afecta de manera significativa al desarrollo físico y mental de los niños, por ello las consecuencias no son las mismas que en el adulto y requiere un abordaje específico”, apunta este especialista. Pero detectar la patología en fases iniciales no siempre resulta fácil porque con frecuencia la sintomatología se presenta de manera poco definida. “Son cuadros larvados con dolor abdominal, retraso en el crecimiento, pérdida de peso... No siempre debutan de una forma clara”, señala Martín de Carpi.
Debido a estas necesidades especiales, hace un tiempo se crearon las primeras unidades especializadas en el manejo de enfermedad inflamatoria intestinal pediátrica. La Unidad para el Cuidado Integral de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal Pediátrica (UCIEII-P) del Hospital Sant Joan de Déu es pionera y de referencia en nuestro país. En ella atienden a unos 200 niños. “Cuanto antes se aplique el tratamiento antes se actuará sobre los efectos en el crecimiento del menor, por ello es esencial trabajar conjuntamente con diferentes profesionales para poder atajar los brotes de manera rápida y eficaz”, asegura Martín de Carpi. 
El tratamiento se centra en intentar controlar la enfermedad y así anticiparse a los posibles brotes. La terapia nutricional es la primera alternativa de tratamiento. Las fórmulas de nutrición enteral durante unas semanas han demostrado una buena remisión. Pero una vez el niño ya está en dicha remisión, este especialista recalca que no debería tener ninguna limitación de alimentos. “Se suele pensar que todo lo que pasa en el intestino tiene una causa alimentaria, pero no es así. Una vez la enfermedad está en remisión, un paciente con Crohn puede comer de todo”, asegura. Al mismo tiempo, se pueden utilizar fármacos inmunomoduladores o inmunosupresores. 
Además, en personas con enfermedad activa de moderada a grave que no han respondido bien al tratamiento convencional, las terapias biológicas están adquiriendo cada vez más importancia. “Son agentes orientados a bloquear específicamente alguna proteína que interviene en el proceso de inflamación y han demostrado ser muy efectivas para frenar la inflamación”, explica Javier Martín de Carpi. Pueden ayudar a controlar los síntomas y mantener la remisión. Por último, cuando el niño no responde a los tratamientos farmacológicos se puede optar por cirugía.

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