sábado, 26 de abril de 2014

Varía el efecto del embarazo en la enfermedad intestinal inflamatoria.

Por Jennifer Cash
NUEVA YORK (Reuters Health) - Algunas formas de enfermedad intestinal inflamatoria (EII) serían una amenaza mayor que otras, según sugiere un estudio de Estados Unidos sobre casi400.000 mujeres.
Los autores observaron que uno de los dos principales tipos de EII, la colitis ulcerosa, estuvo más asociada que el otro con las complicaciones gestacionales graves.
"Una embarazada enferma no ayuda a una gestación en curso", dijo por correo electrónico la doctora Shannon Clark, obstetra de la División de Medicina Materna y Fetal del área de medicina de University of Texas, Galveston.
La enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa son las dos formas principales de EII.
Ambas afectan el aparato digestivo, aunque la Fundación para el Tratamiento de la Enfermedad de Crohn y la Colitis de Estados Unidos define a la colitis ulcerosa como una enfermedad crónica del intestino grueso, mientras que la enfermedad de Crohn es una enfermedad inflamatoria de todo el tracto gastrointestinal.
Sus causas aún se desconocen y no existe cura. En Estados Unidos, esos trastornos afectan a 200 de cada 100.000habitantes. Las dos formas de EII están asociadas con enfermedades oculares, cutáneas, articulares y hepáticas.
Y, en general, la EII está asociada con complicaciones relacionadas con la inflamación y el flujo sanguíneo, según publica en Journal of Perinatology el equipo del doctor Darios Getahun, investigador del Grupo Médico de California del Sur de Kaiser Permanente, Pasadena.
Hasta un tercio de las embarazadas con EII padecerá un brote de la enfermedad durante la gestación, según comentó Clark, que no participó del estudio.
Los autores revisaron las historias clínicas de 395.781mujeres con una gestación de feto único que tuvieron a sus bebés en los centros de Kaiser Permanente de California del Sur entre el 2000 y el 2012.
El equipo detectó EII en 130 de cada 100.000 embarazos.
Esas mujeres registraron tasas más altas de ciertas complicaciones gestacionales: eran un 46 por ciento más propensas a tener un bebé más pequeño para la edad gestacional que las mujeres sin EII o eran un 32 por ciento más propensas atener un parto prematuro espontáneo y tenían casi el doble de riesgo de sufrir de ruptura prematura de la placenta.
Los autores comentaron que los partos antes de término tendían a no ser muy prematuros (ocurrían a las 34-36 semanas de embarazo), según aclararan los autores. (Un embarazo es a término cuando alcanza las 39-40 semanas).
El aumento del riesgo fue estadísticamente significativo sólo en las embarazadas con colitis ulcerosa.
Por ese motivo, según publica el equipo, los médicos deberían tener en cuenta el tipo de EII de sus pacientes cuando planifican el tratamiento durante el embarazo.
"Un diagnóstico de EII significa que una embarazada tendría que utilizar un tratamiento farmacológico durante el embarazo para controlar los síntomas", indicó Clark.
"Si los síntomas de EII no están controlados, o la enfermedad está 'activa', al momento de la concepción, la mujer seguirá teniendo los síntomas de la enfermedad durante el embarazo", explicó Clark.
La doctora Leah Battista, especialista en medicina maternofetal del Grupo Médico de Kaiser Permanente, California del Sur, y que no participó del estudio, recomendó que las mujeres con EII se aseguren de que la enfermedad esté en remisión por lo menos seis meses antes de quedar embarazadas.

FUENTE: Journal of Perinatology, online 20 de mayo.


 http://www.eleconomista.es/empresas-finanzas/noticias/5707085/04/14/Varia-el-efecto-del-embarazo-en-la-enfermedad-intestinal-inflamatoria.html#.Kku8g5hC5HwjHy7



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