miércoles, 23 de abril de 2014

Vacunas.

Aquellas personas que están tomando altas dosis de medicamentos que suprimen el sistema inmune, como los corticoesteroides e inmunomoduladores deben ser conscientes de algunos problemas potenciales.

Cuando se administra una vacuna, ésta estimula la producción de anticuerpos por parte del sistema inmune, el cual combate las infecciones. Pero un sistema inmune deprimido puede que no produzca los suficientes anticuerpos. Por lo tanto los inmunomoduladores o corticoesteroides pueden limitar la efectividad de la dosis estándar de una determinada vacuna. Lo que puede hacer tu médico es tomar una muestra de sangre y medir el nivel de anticuerpos para comprobar si la dosis de vacuna fue la adecuada, y puede administrarte una dosis adicional si es necesario.

Aquellas personas que están siendo tratadas con inmunomoduladores deberían evitar aquellas vacunas fabricadas a partir de virus vivos. Estas vacunas no provocan infección en aquellas personas con un sistema inmune normal. Pero si el sistema inmune se encuentra deprimido, estas vacunas podrían provocar la enfermedad que se supone deberían prevenir. Lo que es más, si el virus se puede transmitir mediante contacto simple (ej. sarampión), los familiares también deberían evitar las vacunas basadas en virus vivos. Los familiares podrían transmitir la enfermedad y por supuesto si la persona con EII desarrollara la enfermedad, podría transmitírsela a aquellos familiares no inoculados. Por lo tanto es importante que el doctor sepa que un miembro de la familia está tomando inmunosupresores antes de administrar vacuna alguna que contenga virus vivos. Las vacunas sin virus vivos no plantean ningún problema.

  • Vacuna de la gripe: Se administra anualmente porque el virus que causa la gripe cambia cada año. No es una vacuna viva

  • Vacuna pneumococcal: Protege frente a la infección bacterial conocida como neumonía pneumococcal, o infección pneumococcal en la sangre. No es una vacuna con virus vivos

  • Vacuna contra la polio: Existen dos tipos de vacunas contra la polio: una vacuna oral compuesta de un virus vivo, y una versión inyectable que no es una vacuna viva. La vacuna contra la polio normalmente se administra a los niños; la mayoría de los adultos ya la han recibido. La forma inyectable se puede administrar sin problemas tanto a las personas tratadas con inmunosupresores como a sus familias

  • Vacuna contra el tifus: Se dispone de una forma oral y una forma inyectable sin virus vivo. No es una vacuna totalmente efectiva. Sin embargo, la forma inyectable se puede administrar a personas tratadas con inmunomoduladores o corticoesteroides

  • Vacuna contra el cólera: Su efectividad es limitada. No es una vacuna con virus vivo

  • Vacunas contra el sarampión, la rubéola y paperas: Todas ellas son vacunas con virus vivos y por lo tanto no deben administrarse a personas tratadas con inmunosupresores

  • Vacunas contra la difteria y el tétanos: No tienen virus vivos. Normalmente se deben administrar varias veces para ser completamente efectivas

  • Vacuna contra la hepatitis B: La hepatitis B se transmite a través de la sangre y los fluidos corporales. La vacuna se administra a aquellas personas que están expuestas a productos sanguíneos. Aquellas personas tratadas con inmunosupresores pueden necesitar dosis más elevadas a las normales para responder correctamente a la vacuna

  • Vacuna Gamma Globulina: Contiene anticuerpos contra la hepatitis A. Esta vacuna que no contiene virus vivos está recomendada para todas aquellas personas que viajan a países en vías de desarrollo

Si una persona padece una EII pero no está tomando inmunosupresores, no existen directrices específicas en cuanto a la administración de vacunas. Algunos investigadores plantean la cuestión de si una vacuna puede estimular el sistema inmune y desencadenar un brote de la enfermedad. No se dispone de datos que apoyen esta teoría. Sin embargo, algunos médicos prefieren no administrar vacunas a aquellos pacientes que sufren brotes agudos. De todos modos, siempre es conveniente consultar al médico antes de tomar cualquier vacuna.

Revisado 2006

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