jueves, 22 de enero de 2015

Cuando el cuerpo ve enemigos allí donde no los hay

Cuando el cuerpo ve enemigos allí donde no los hay
Un alto porcentaje de personas desarrolla defensas para los fármacos.

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Las modernas terapias intentan evitar que el cuerpo las reconozca como extrañas y las ataque
16/01/2015 10:53 h.imprimir


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Redacción. Madrid
Con la llegada de las terapias biológicas, la respuesta del sistema inmunitario cobra una importancia crucial. Y es que al ser moléculas de gran tamaño, éste las reconoce y puede elaborar una respuesta defensiva, que desemboca en la necesidad de aumentar la dosis progresivamente para obtener el mismo efecto.

Según Alejandro Balsa, jefe de la Sección de Reumatología del Hospital Universitario La Paz (Madrid), la inmunogenicidad, que así es como se llama la capacidad del cuerpo de fabricar anticuerpos para defenderlo de elementos extraños, “es algo normal; lo anormal es no tenerla”. Sin embargo, no todo el mundo reacciona a los medicamentos de la misma manera, y hay un alto porcentaje que desarrolla defensas para estos fármacos, lo que obliga a utilizar dosis cada vez mayores para conseguir un mismo efecto.

Hay diferentes factores que afectan a la generación de esa respuesta, según Balsa: “la propia enfermedad, la vía de administración o los tratamientos que se administren junto al fármaco son claves”, explica. Pero también el tipo de fármaco, y es que las proteínas que usaban antes los medicamentos, de origen animal (concretamente, ratones), generaban respuesta inmunológica en hasta la mitad de los pacientes. Las más modernas, de origen humano, han reducido esa proporción hasta el 10 por ciento.

El principal problema, según el jefe de Reumatología de La Paz, es que todavía no se puede predecir qué pacientes generarán una respuesta defensiva ante su tratamiento. A pesar de ello, el equipo de Balsa realiza pruebas de presencia del fármaco en sangre para determinar si ha habido respuesta inmunológica, en cuyo caso cambian el tratamiento al paciente. “En artritis reumatoide tenemos varias opciones de tratamiento”, explica. “El problema es mayor para trastornos digestivos, en los que las alternativas son escasas”.

No obstante, cada vez se está prestando más atención a este tema, y la Comisión Europea ha invertido tres millones en crear un programa para avanzar en el estudio de la inmunogenicidad. Una encuesta entre reumatólogos europeos, realizada por Adelphi Research con la colaboración de Pfizer, concluía que el mayor conocimiento del perfil inmunogénico de las diferentes terapias biológicas mejoraría la atención a los pacientes. Se trata de una disciplina relativamente nueva y todavía tiene camino por recorrer.

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