viernes, 11 de diciembre de 2015

Dieta y nutrición.

Es posible que se esté preguntando si ciertas comidas contribuyeron o causaron su enfermedad de Crohn. La respuesta es “no.” Sin embargo, una vez que la enfermedad se ha desarrollado, sus síntomas pueden disminuir si presta atención a su dieta, reemplaza nutrientes perdidos y promueve curación.
No hay una sola dieta o plan alimenticio beneficioso para todos los que sufren de la enfermedad de Crohn. Las recomendaciones dietéticas deben ser formuladas sólo para usted—dependiendo de la parte afectada de su intestino y los síntomas que esté sintiendo.
La enfermedad de Crohn varía de una persona a otra y aun la misma persona puede experimentar cambios con el paso del tiempo. Lo que fue beneficioso para su amigo no necesariamente le va a convenir a usted. Lo que le funcionó el año pasado podría no funcionarle ahora.
Podrá haber momentos en que puede ser beneficioso modificar su dieta, particularmente durante un brote. Su médico puede recomendarle dietas diferentes en diferentes ocasiones, incluyendo:
  • Dieta baja en sodio—Usada durante terapia con corticosteroide para reducir la retención de agua.
  • Dieta baja en fibra—Usada para evitar oclusiones en los pacientes con la enfermedad de Crohn quienes tienen estrechez y para evitar estimulación del movimiento intestinal en la enfermedad de Crohn.
  • Dieta baja en grasas—Típicamente recomendada durante un brote de la enfermedad de Crohn cuando la absorción de grasas pudiera convertirse en un problema.
  • Dieta libre de lactosa—Para aquellos que tienen intolerancia a los productos lácteos.
  • Dieta alta en calorías—Para aquellos que sufren de pérdida de peso o retraso en el crecimiento.
Algunos pacientes con EII pueden tener deficiencias de ciertas vitaminas y minerales (incluyendo la vitamina B-12, ácido fólico, vitamina C, hierro, calcio, zinc, y magnesio) o tener dificultad en ingerir suficientes alimentos para obtener las calorías necesarias. Su proveedor de salud puede identificar y corregir estas deficiencias con suplementos vitamínicos y nutricionales.
Mantener un diario de los alimentos que consume puede ser de gran ayuda. Le permite ver la conexión entre lo que usted come y los síntomas que pueden surgir. Si ciertos alimentos le están causando problemas digestivos, trate de evitarlos. Aun cuando algunos alimentos específicos no empeoran la inflamación subyacente de la enfermedad de Crohn, ciertos alimentos tienden a empeorar los síntomas. A continuación hay algunas sugerencias de útiles:
  • Reduzca la cantidad de comida grasa o alimentos fritos en su dieta, los cuales pueden causarle diarrea y gas.
  • Coma porciones más pequeñas a intervalos más frecuentes.
  • Limite el consumo de leche o productos lácteos si tiene intolerancia a la lactosa. Si no tiene intolerancia a la lactosa, no necesita limitar los productos lácteos.
  • Evite las bebidas gaseosas si tiene problemas excesivos de gas.
  • Limite la cafeína cuando tiene diarrea fuerte, ya que la cafeína puede actuar como laxante.
  • Los alimentos blandos y suaves pueden tolerarse mejor que los alimentos picantes muy condimentados, aunque no siempre.
  • El limitar el consumo de ciertos alimentos que contengan mucha fibra tales como las nueces, las semillas, y los vegetales crudos podrían disminuir sus síntomas, especialmente si tiene un segmento estrecho de intestino.
Es importante mantener una nutrición apropiada en el manejo de la enfermedad de Crohn. La buena nutrición es esencial en cualquier enfermedad crónica, pero especialmente en la enfermedad de Crohn. El dolor abdominal y la fiebre pueden causar pérdida de apetito y pérdida de peso. La diarrea y el sangrado rectal pueden robarle al cuerpo fluidos, minerales, y electrolitos. Estos son nutrientes en el cuerpo que deben permanecer balanceados para que el cuerpo funcione adecuadamente.
Eso no quiere decir que usted debe comer ciertos alimentos y evitar otros. La mayoría de los médicos recomiendan una dieta bien balanceada para evitar la deficiencia nutricional. Una dieta saludable debe incluir una variedad de alimentos de todos los grupos alimenticios. La carne, el pescado, el pollo y los productos lácteos (si los tolera) son fuente de proteína; el pan, los cereal, almidones, las frutas, y los vegetales son fuente de carbohidratos; la margarina y los aceites son fuente de grasas. Un suplemento dietético tal como un complejo multivitamínico le puede ayudar a suplementar su dieta. Para mayor información, consulte a un dietista y lea nuestro folleto “Dieta y Nutrición,” disponible entrando al sitio Web www.ccfa.org.

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