viernes, 28 de octubre de 2016

Dolores Reumáticos producidos por la EII y su tratamiento.

por Dr.José Rodriguez Andreu, Especialista en Reumatología del Hospital Universitario de Málaga.

Resumen del discurso ofrecido con ocasión de la IX Asamblea General Ordinaria de ACCU en Linares el 1° de Octubre de 1999.

Artritis Enteropáticas
Se utiliza este término para designar a un grupo de enfermedades articulares inflamatorias en cuya patogenia (mecanismo de producción de la enfermedad) desempeña un papel fundamental la lesión del intestino.

La mayoría de estas artritis pertenecen al grupo de las Espondiloartropatías (afectación de articulaciones periféricas y de articulaciones de la columna vertebral) y las encontramos asociadas a: 

  1. Enfermedades intestinales inflamatorias crónicas:
    Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa.
  2. Enfermedad de Whippel.
  3. Artritis Colágena.
  4. Artropatía asociada a anastomosis intestinal.
  5. Artropatías asociada a enfermedad celíaca.

Aunque el diagnóstico diferencial entre enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa es posible en un 80% de los casos, los reumatólogos, dada su similitud desde el punto de vista de su patología del aparato locomotor, solemos denominarlas comunmente enfermedad inflamatoria intestinal crónica.

Desde el punto de vista epidemiológico la enfermedad está distribuida por todos los paises del mundo, principalmente en las urbes, y se comprueba un aumento creciente en su incidencia (el número de casos nuevos que se presentan cada año). Aunque no hay un claro predominio entre sexos, parece que algunos estudios encuentra mayor afectación en mujeres. Raza blanca y judíos se afectan con más frecuencia. En cuanto a la agregación familiar, hay una prevalencia (número de casos por número de habitantes) en familiares de primer grado. La edad de presentación ocurre entre los 15-25 años para la enfermedad de Crohn, y algo más tarde para la Colitis Ulcerosa.
Aparece nuevamente otro pico de presentación (aunque menor) hacia la quinta década de la vida. Como curiosidad, se atribuye al tabaquismo (tanto activo como pasivo) un papel protector, con menor riesgo de padecer la Colitis Ulcerosa, pero con más riesgo de padecer la Enfermedad de Crohn.

Las manifestaciones más importantes del aparato locomotor son las artralgias, la artritis periférica y la espondilitis anquilosante. Constituyen la manifesta ción extraintestinal más frecuente de la enfermedad intestinal.

Las artralgias se dan en la mitad de los pacientes, pueden ser muy molestas pero no se ven en las radiografías, no impiden la movilidad y no dejan secuelas. La artritis periférica se presenta entre un 10-20% de los pacientes con EII. Es interesante recordar que esta artritis se presenta en un 10% de los pacientes antes que se diag-nostique la enfermedad intestinal.

La artritis se asocia con frecuencia a la vez con otras complicaciones extraintestinales de la enfermedad, habitualmente afectación ocular o dermatológica.

Esta artritis periférica se caracteriza por afectar a articulaciones grandes de miembros inferiores (especialmente rodillas y tobillos), su cuadro clínico es oligoarticular (afectación de menos de cinco articulaciones) y cursa paralelo a la actividad de la enfermedad intestinal, empeorando con las exacerbaciones y complicaciones de la EII, mejora con ella.

Generalmente la artritis no es erosiva y no deja secuelas articulares crónicas, aunque se han descrito lesiones destructivas en la cadera.

La espondilitis anquilosante se observa en un 2-8% de los pacientes de Crohn, y hasta en un 20% de los pacientes con Colitis Ulcerosa. Hasta en un 25% la enfermedad articular puede preceder a la intestinal durante períodos tan largos de entre uno y dieciocho años. La enfermedad no se distingue de la espondilitis clásica no asociada a enfermedad intestinal. Por tanto, suele iniciarse con artritis de las articulaciones sacroilíacas que progresa en sentido ascendente por la columna provocando las lesiones radiolgicas típicas (vértebras cuadradas y formación de sindesmofitos (puentes óseos entre las vértebras) y tendencia progresiva a provocar una anquilosis (pérdida de la movilidad) de la columna vertebral.

El curso clínico y el pronóstico de la espondilitis anquilosante asociada a la EII no depende ni del curso ni de la extensión de la enfermedad intestinal. La prevalencia del marcador genético de esta enfermedad, el HLA-B27, se presenta entre el 30 y el 75% de los pacientes.

A veces, hay espondilitis (dolor de las vértebras) y sacroileitis (dolor allí donde se une la pelvis con la columna vertebral) que no tiene ninguna trascendencia, con HLA B-27 negativo. Estos dolores son comparables con las artralgias periféricas, van y vienen sin dejar secuelas.

Otras manifestaciones del aparato locomotor son retraso en el crecimiento de niños, entesitis (tendonitis), osteoartropatía hipertrófica (dedos en palillos de tambor) y artritis sépticas (infecciones dentro de las articulaciones)

En cuanto al tratamiento de la enfermedad articular es variable y va a depender del número de articulaciones afectadas y de que la artropatía sea axial (espondilitis) o periférica.
En general, hay que utilizar reposo-ejercicio dependiendo del momento de actividad, terapia física, fármacos capaces de disminuir o enlentecer la actividad de la enfermedad, seguimos prefiriendo la sulfasalacina (Salazopirina). En pacientes resistentes o de más severidad, se utilizan fármacos inmunodepresores como el metotrexato, la azatioprina (Imurel) y la ciclosporina.

En la próxima Revista publicaremos más sobre el tratamiento y las respuestas a las muchas preguntas.

Cronica Nro 48 - Diciembre 1999

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