La dieta de los pacientes con la enfermedad de Crohn debe ser completa y equilibrada. Es la conclusión a la que llegan los expertos consultados por DMedicina.
“En general, no se deben recomendar dietas restrictivas. En algunas situaciones concretas sí pueden darse algunas pautas dietéticas, pero siempre bajo la recomendación del especialista. Un error frecuente consiste en pensar que la dieta es causa o puede ser la cura de la enfermedad, lo que lleva a muchos pacientes a hacer restricciones de alimentos injustificadas y que pueden acarrear además problemas carenciales o de malnutrición”, explica Yago González Lama, responsable de Relaciones Institucionales de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD).
Dietas restrictivas, ¿buenas o malas?
Coincide Javier Gisbert, presidente del Grupo Español de Trabajo en Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa (Geteccu), que argumenta que “en un estudio realizado por Geteccu en el que participaron 30 centros españoles y 1.300 pacientes, se demostró que en torno al 50 por ciento restringían la dieta por miedo a que les pudiera precipitar un brote. Una vez tenían brote, la mayoría hacia restricciones dietéticas para intentar controlarlo. No obstante, todo eso se ha demostrado que no tienen ningún efecto”.
Ruth Serrano Labajos, nutricionista colaboradora con la Asociación de Enfermos de Crohn y Colitis Ulcerosa de Madrid, reconoce que hasta la fecha no hay evidencias científicas contundentes de que los alimentos mejoren o emporen la enfermedad. Aunque, a diferencia de Gisbert, apunta que “empieza a ver estudios que demuestran que hay ciertos alimentos que influyen en la inflamación”.
Alimentos de fácil digestión
La experta explica que, en fase de brote, “lo más importante es no aumentar los síntomas y evitar daño en la mucosa del intestino”.
Aconseja, según la tolerancia, alimentos de fácil digestión:
- Cereales sin azúcares añadidos y no integrales (papillas de bebes, arroz, avena, pan tostado, sémola, tapioca, cuscús, etc.).
- Patatas y boniatos.
- Huevos, carnes (blandas y magras) y pescado.
- Legumbres, verduras, hortalizas y frutas bajas en residuos (algas, compotas sin piel, zumos sin azucares añadidos y colados sin pulpa, garbanzos, lentejas rojas sin piel, purés, calabaza, etc.).
- Bebidas de avena, de arroz, infusiones y caldos.
- La técnica de cocinado debe ser sencilla, como hervido, vapor, papillote, horno, plancha, guisados suaves, etc.
- Si fuese necesario, se aumentaría el aporte energético, proteico, vitamínico y de minerales, especialmente hierro, vitamina B12 y ácido fólico.
Qué alimentos restringir
“Solo se deben restringir aquellos alimentos que, de forma sistemática, produzcan síntomas en el paciente. Aunque esto es lo mismo que se recomienda en un paciente sin la enfermedad de Crohn”, explica Gisbert.
De otra manera, “si empezamos a restringir cosas, acabaremos haciendo la vida imposible a nuestros pacientes”, añade.
Consecuencias de una mala alimentación
Y ya no solo eso, si no que una mala alimentación puede tener consecuencias importantes. “Existe una tendencia de desnutrición del 50-70 por ciento de los pacientes con la enfermedad de Crohn”, comenta Serrano.
Las causas de esta desnutrición son:
- Inflamación local y sistémica.
- Interferencias de los fármacos.
- No comer lo necesario para evitar el dolor.
- Pérdida de nutrientes por la lesión y por la diarrea.
- Malabsorción por la lesión del aparato digestivo.
La nutricionista, además, alerta de las consecuencias:
- Más tiempo de recuperación de la enfermedad.
- Cansancio.
- Pérdida de peso.
- Diarrea y anemia.
- Inhibición de algunas funciones del aparato digestivo.
- Disminución de la eficacia de los fármacos.
- http://www.dmedicina.com/vida-sana/alimentacion/nutricion/2016/07/31/enfermedad-crohn-hay-evitar-alimento-113409.html
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