jueves, 14 de enero de 2016

EL ICEBERG DE LA EII.


A veces dormido, a veces despierto.
Pero siempre...Frío...
Frío como la inyección del medicamento que lo pone a dormir,
Frío como las manos de mi madre cuando me abraza a las 6 de la mañana, hora de la visita.
Frío como las grapas que graban mi piel y las huellas de donde un día cortaron, abrieron y picaron.
Frío como el líquido de contraste que tomó para ver si mañana estaré mejor.
Frío...como la sopa que deje de comer por qué no tenía hambre gracias al Crohn.
Frío como la indiferencia y la ignorancia de los que nos juzgan y nos critican sin saber.
Frío como la burocracia que tengo que pasar para poder recibir mi medicamento.
Frío...Frío...Frío...
Mi Iceberg que habita en mí es frío...
Frío como las noches que pasé en aquel hospital luego de mi segunda operación.
Frío como la punta del bisturí que se usó para investigar que habita en mí...
Frío como estas letras que salen del frío iceberg que habita en mí...

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