La aféresis, también denomidada granulocitoaféresis, es un procedimiento utilizado en la enfermedad inflamatoria intestinal que consiste en el paso de células sanguíneas por un sistema extracorpóreo para su “depuración”.
Comenzó a ser utilizado hace veinte años en Japón para el tratamiento del cáncer y de la artritis reumatoide y en este país es donde más experiencia clínica hay con el mismo y desde donde procede la mayoría de la información científica al respecto.
El proceso es similar al de una diálisis y pretende extraer los componentes inflamatorios que circulan por la sangre. En la enfermedad de Crohn y en la Colitis Ulcerosa existe un aumento de diferentes poblaciones celulares de leucocitos (glóbulos blancos) que participan en la inflamación, liberando sustancias que la favorecen. La técnica se llama también granulocitoaferesis porque los granulocitos son parte de estos glóbulos blancos.
Durante el proceso de la aféresis se extrae sangre desde una vena periférica mediante una punción similar a la que se realiza para una donación. Este flujo sanguíneo con los leucocitos (y también con glóbulos rojos y plaquetas) circula a través de un aparato que lleva incorporado un sistema que los filtra, los depura y los devuelve al paciente. El sistema de depuración puede ser una columna (cartucho) o un filtro por la que pasa toda la sangre del paciente. En nuestro país están comercializados los dos aparatos, uno con un cartucho y otro con un filtro, con el mismo fin. La sangre pasa a través de este sistema y los mediadores pro-inflamatorios quedan, en teoría, retenidos en el mismo. El sistema devuelve la sangre al paciente por otra vena.
Por lo tanto, si a usted le van a realizar una técnica de aféresis le extraerán sangre por un brazo, esta pasará por una máquina y volverá a su cuerpo por el brazo contralateral. Mientras tanto estará sentado o recostado y bajo la vigilancia y supervisión de personal de enfermería. La técnica suele realizarse en unidades de diálisis aunque dependiendo de las características del Hospital puede realizarse en otro servicio (Hematología, Hospital de día) y suele durar entre una hora y noventa minutos. En una sesión no se puede depurar todo el torrente circulatorio por lo que habitualmente suelen precisarse varias sesiones. La pauta más frecuente es realizar 1 sesión semanal durante 5 o 10 semanas. Si se requiere mayor rapidez de acción pueden realizarse dos sesiones semanales.
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