lunes, 10 de agosto de 2015

Salud bucodental.


La relación que existe de nuestros dientes y bocas con una buena salud general es hoy día indiscutible. Una boca sana es importante para mantener unos buenos hábitos alimentarios, un buen control de enfermedades sistémicas agudas y crónicas, una buena comunicación verbal y una imagen positiva propia. Son numerosos los problemas que nos plantean diariamente en las consultas odontoestomatólogicas. Sin embargo el miedo al dolor, la escasa formación en salud e higiene dental y en muchas ocasiones los escasos recursos económicos, hacen que el porcentaje de pacientes que acuden al menos una vez al año al dentista, dista mucho de lo que sería deseable, y peor aun conforme aumenta la edad.
Para la población general el cuidado de su boca y dientes, así como el conocimiento de los distintos problemas con los que nos podemos encontrar en la boca, juega un papel primordial en el mantenimiento de su salud general. Pero es en personas con algún tipo de afección crónica, como es este caso la Enfermedad Inflamatoria Intestinal, donde debemos extremar aun más dichos cuidados dentales, ya que su propia patología o los medicamentos que deben tomar pueden alterar el equilibrio en la cavidad oral y desencadenarse problemas importantes como caries agresivas, enfermedad periodontal (comúnmente denominada "piorrea") y lesiones en los labios o mucosas de la boca.
Por todo ello, pasamos a describir de manera resumida aquellos problemas más frecuentes en cualquier persona y en especial en el enfermo con EII.


PROBLEMAS MÁS FRECUENTES EN LA CAVIDAD ORAL
  • Caries dental. Es una enfermedad infecciosa crónica que provoca una destrucción progresiva e irreversible del diente. Existen diversos factores que favorecen su aparición entre ellos destacamos, en primer lugar, una dieta rica en hidratos de carbono con elevada actividad cariogénica; las susceptibilidad del diente y la presencia de microorganismos cariogénicos (estreptococos, actinomices y lactobacilos). En segundo lugar citaremos la constitución anatómica del diente, la composición y cantidad de saliva generada por el individuo y las medidas higiénicas que éste practique. En una primera fase la caries es reversible siempre y cuando sea tratada con exhaustiva higiene dental y con la aplicación de compuestos a base de flúor. Si la lesión progresa se forma una cavidad que permite el acceso de los microorganismos a las capas internas del diente, pudiendo llegar al nervio, produciendo inflamación, necrosis pulpar y por último destrucción de la pieza dentaria.
    De lo dicho hasta ahora se desprende que la utilización de flúor, una disminución del consumo de azúcares cariogénicos, así como una mejor información y educación desde edades tempranas de la práctica de la higiene bucodental serán medidas preventivas adecuadas para prevenir la aparición de esta afección bucal.
    El tratamiento de la caries generalmente pasa por la eliminación de ésta y la colocación en su lugar de materiales de diverso origen: composites, amalgamas, etc. En caso de estar afectado el nervio, el tratamiento correcto es su eliminación ("endodoncia"), relleno de los conductos y empaste del diente afectado.
  • Enfermedades Periodontales, Periodontitis o Piorrea. Es una inflamación de las estructuras de soporte del diente que tienen su origen, en la mayoría de los casos, en una gingivitis (lesión reversible que consiste en una inflamación de la zona gingival o encías como consecuencia de la acumulación de placa bacteriana en la superficie del diente) no tratada. Esta es una lesión irreversible que se manifiesta en sus primeros estadios por movilidad de piezas dentarias, dolor y, en fases más avanzadas, por abscesos o flemones pudiéndose llegar en última instancia a la pérdida de piezas dentarias. Las Enfermedades Periodontales (gingivitis y periodontitis), son junto con la caries y la gripe, los tres problemas de salud más frecuentes entre los habitantes de nuestro planeta. Se considera que por encima de los 18 años, la mitad de los jóvenes empiezan a tener síntomas de éstas enfermedades, mientras que a partir de los 35 años tres de cuatro adultos están ya afectados por ellas.
    En cuanto al tratamiento dependerá de la fase de la enfermedad periodontal. En sus primeros momentos un control exhaustivo de la higiene así como eliminación del sarro ("limpieza dental") de manera periódica serán suficiente. En estadios más avanzados necesitará del "raspado y alisado" de la superficies radiculares del diente e incluso la cirugía periodontal.
  • Maloclusiones. Son alteraciones en la posición de los dientes y maxilares con graves consecuencias estéticas e incluso imposibilidad de conseguir una correcta masticación. Aunque menos prevalentes que las anteriores, pueden ser corregidas en alguna medida mediante el control de patologías predisponentes (obstrucción de vía aérea nasal o pérdida precoz de piezas temporales) y corrección de hábitos nocivos (como chuparse el dedo, mantener el chupete más de 3 años, deglución atípica, etc.). Independientemente de los factores adquiridos, los aspectos genéticos tienen un gran peso en la etiología de los mismos, por lo que seguirán siendo una necesidad de salud oral de cierta relevancia. Su tratamiento consiste en colocar "aparatos de ortodoncia", fijos o removibles durante un periodo diverso de tiempo. Es muy importante escoger el momento ideal para colocar cada uno de esos aparatos. Por ello, la visita al dentista de manera periódica será un punto importante en el tratamiento de ortodoncia.
  • Enfermedades de la mucosa oral. La mucosa bucal puede presentar diferentes lesiones como expresión de enfermedades sistémicas o bien propias de la cavidad oral. Suelen tener tratamientos complejos, por lo que se recomienda la consulta con el especialista quien tratará, entre otras, infecciones bacterianas, víricas, por hongos, estomatítis aftosa, tumores benignos, lesiones precancerosas y carcinoma oral.

PROBLEMAS MÁS FRECUENTES EN LA CAVIDAD ORAL DEL PACIENTE CON EII
Como ya hemos comentado, el paciente con EII, debe extremar sus cuidados dentales. Las lesiones más frecuentemente relacionadas con dicha patología son las siguientes:

  • Úlceras en la mucosa oral ("aftas"), con una frecuencia del 1- 10%, sobre todo en los brotes de la enfermedad.
  • "Pioestomatitis vegetante" (lesiones ovoides, eritematosas y con un diámetro menor de 5 mm).
  • Estomatitis granulomatosa crónica.
  • Afectación de las glándulas salivares menores.
  • Inflamación persistente de labios (secos y fisurados).
  • Otros hallazgos: Infecciones por hongos, reacciones liquenoides, etc.
Sin embargo resulta difícil determinar si dichas manifestaciones orales son consecuencia de la enfermedad, o bien son el resultado de los fármacos necesarios para controlar dicha patología.
El Odontólogo cumple una función esencial en el organigrama clínico de los pacientes con dicha enfermedad, debiendo estar en perfecta relación con el gastroenterólogo y con el resto de especialistas, tanto a la hora de realizar un diagnóstico precoz de la enfermedad, al ser las úlceras orales en algunos casos una primera manifestación de la enfermedad, como a la hora de mejorar la calidad de vida de los pacientes.


CONSEJOS PARA TENER UNA BOCA SANA
  1. Cepillar los dientes tres veces al día (inmediatamente después de las comidas).
  2. Cepillar los dientes y encía dando un pequeño masaje para fortalecer los tejidos.
  3. Dedicar tiempo al cepillado, lo ideal es de 2 a 3 minutos.
  4. La alimentación es de gran importancia para la boca; los azúcares cariogénicos la dañan, mientras que las verduras -aparte de las vitaminas que aportan- limpian y fortalecen la salud bucodental. La comida blanda no fortalece la unión del diente al hueso. La leche y los derivados lácteos aportan el calcio necesario para los dientes en la fase de formación de estos.
  5. Acudir al dentista al menos 1 vez al año, y siempre que se detecte algún tipo de problema tales como: úlceras, caries, mal aliento, sangrado de encía, movilidad dentaria, alteraciones de la saliva.
  6. No esperar a que duelan los dientes, pues las soluciones serán mas complicadas y costosas.
Todos estos consejos son aplicables para la población en general, y se hacen especialmente importantes en los años de la infancia y en el anciano así como por aquella parte de la población que está sujeta a una medicación como es el caso de los pacientes con Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII).

ESTUDIO PRELIMINAR SOBRE SALUD BUCODENTAL EN LA EII
Durante los años 98-00 se realizó un estudio en la Facultad de Odontología de la Universidad de Granada, en colaboración con el Servicio de Digestivo del Hospital Clínico Universitario, para valorar el estado de salud bucodental de la población afecta de EII.
El trabajo se realizó sobre un total de 103 pacientes, de edades comprendidas entre 16 y 68 años. De ellos 23 pertenecientes a ACCU (Asociación de enfermos de Colitis Ulcerosa y Enfermedad de Crohn) de Granada y Jaén , y los 77 restantes son pacientes remitidos del Hospital Clínico de Granada. El protocolo que se aplicó incluía anamnesis, clasificación de la enfermedad, seguida de un historial general sobre sus características y evolución en el tiempo, medicación recibida, otras patologías presentes, así como alergias, antecedentes de intervención quirúrgica, hábitos alimenticios y visitas al dentista en el último año. A continuación se realizó una completa exploración, inspección y palpación de la cavidad oral.

Un aspecto importante a destacar es la elevada cantidad de fármacos que reciben, ya que el 70´9% de los pacientes explorados tomaban corticoides, inmunosupresores y antiinflamatorios específicos (tipo 5-ASA), al mismo tiempo y de forma muy prolongada. Asímismo el 69´9% de los enfermos se encontraban en fase de remisión, mientras que el 30´1% estaban en fase activa; siendo este último grupo donde con más claridad se observan las lesiones en la cavidad oral, con una frecuencia de 55,3% de lesiones hiperplásicas (labios secos y fisurados y eritema perioral); 18´4% de lesiones ulceradas en la mucosa oral, 24´3% de otras lesiones como inflamación gingival y queilitis angular y un 1, 9% de los pacientes no presentaban ninguna lesión.

Con respecto a la dieta, se observó que un 4´9% no excluía ningún alimento de su dieta, un 32% evita la leche y sus derivados, un 40´8% las legumbres y hortalizas y un 22´3% las grasas y especies. De los 103 pacientes, un 25´2% seguía una dieta establecida por su especialista.
Completando la información anterior, cabe resaltar que el 57´3% ha visitado a su odontólogo en el último año, el 81´6% conserva todas sus piezas dentarias en buen estado y el 72´8% se cepilla los dientes una o más veces al día. De ellos, el 54´4% lo hace para someterse a tratamientos conservadores( empastes, endodoncias, etc.).


Conclusiones
Los problemas bucodentales que pueden presentar los pacientes con EII, difieren algo de la población general. Sin embargo, las medidas preventivas, las normas de higiene oral y las visitas al dentista deben ser las comunes de toda la población, sobre todo en los periodos de fase activa de la enfermedad.
De los resultados obtenidos como de las observaciones realizadas, podemos deducir que dichos pacientes presentan un estado de salud dental y periodontal que bien podríamos definir como aceptable, en contra de lo que podría esperarse por las características de su enfermedad y por el tratamiento farmacológico que reciben de por vida. El motivo es bien sencillo, pues son enfermos muy mentalizados y conocedores de su patología y de todo lo que lleva asociado. Esto les hace responsable en el cuidado de sus hábitos, de su alimentación y por supuesto de su cuidado bucodental. 


AUTORES:
Dra. MARIA ESPERANZA RUIZ SALVATIERRA. Médico Estomatólogo.
Prof. Asociada Odontología Integral en Pacientes Especiales. Facultad de Odontología. Universidad de Granada.

Dr. JOSE ANTONIO GIL MONTOYA. Ldo. Odontología.
Prof. Asociado Odontología Integral en Pacientes Especiales. Facultad Odontología. Universidad de Granada.


www.consejodentistas.es

http://www.accuesp.com/es/articulos/extraintestinales/saludbucodental.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario