jueves, 9 de febrero de 2017

Síndrome del intestino irritable.

02/01/2017
Aunque el síndrome del intestino irritable puede ser molesto y afectar negativamente a la calidad de vida de los pacientes, no es grave. Los pediatras pueden ayudar a sus pacientes a controlar los síntomas con medicamentos y cambios en la dieta y en el estilo de vida, para que puedan llevar vidas activas y sanas.

Causas del síndrome del intestino irritable

Aunque se desconozca su causa, las investigaciones indican que los niños con síndrome del intestino irritable son más sensibles al dolor, el malestar y la saciedad que quienes no lo padecen. Algunos alimentos, como la leche, el chocolate, la cafeína, los alimentos grasos, la comida rápida y los picantes o muy condimentados, tienden a desencadenar los síntomas del síndrome. El estrés y los problemas emocionales también pueden desempeñar un papel en el síndrome del intestino irritable. Puesto que los nervios del colon y el cerebro están conectados, el estrés y los conflictos (aspectos como los problemas familiares, los traslados, los exámenes, irse de vacaciones…) pueden repercutir en el funcionamiento del sistema digestivo.

Síntomas y diagnóstico del síndrome del intestino irritable

El síndrome del intestino irritable es un trastorno intestinal frecuente que puede cursar con retortijones, gases, distensión abdominal, diarrea y estreñimiento. Los niños que lo padecen suelen presentar por lo menos dos de los siguientes síntomas durante un periodo mínimo de tres meses: dolor o malestar en el sistema digestivo que se alivia después de la defecación; dolor o malestar acompañado de cambios en la frecuencia con que el niño defeca; dolor o malestar acompañado de cambios en el aspecto normal de las heces. Algunos niños desarrollan estreñimiento (sus heces se endurecen y resultan difíciles de expulsar), mientras que otros desarrollan diarrea.
No hay ninguna prueba específica que permita diagnosticar este síndrome. Lo más probable es que el pediatra explore al niño y os formule, a ti y a tu hijo, preguntas sobre su salud y sobre su entorno doméstico y escolar; es posible que le sugiera llevar un registro o un diario de lo que vaya comiendo para saber si ciertos alimentos le desencadenan los síntomas. La mayoría de las veces los pediatras no necesitan hacer pruebas médicas para diagnosticar este síndrome; pero a veces solicitan análisis de sangre, de heces y radiografías para descartar otros problemas intestinales.

Tratamiento del síndrome del intestino irritable

El síndrome del intestino irritable no tiene cura, pero hay muchas medidas que pueden ayudar a reducir sus síntomas:
  • Cambios dietéticos: evitar servir comidas muy copiosas, bebidas que contengan cafeína, alimentos grasos, picantes o muy condimentados u otros alimentos que parezcan desencadenar los síntomas del síndrome del intestino irritable en tu hijo.
  • Cambios en el estilo de vida: si los síntomas parecen estar relacionados con el estrés, ayuda a tu hijo gestionar las presiones y exigencias relacionadas con la escuela, la casa y los amigos.
  • Ejercicio físico regular: el ejercicio físico facilita la digestión y es una forma excelente de liberar el estrés.
  • Medicamentos: a veces, los pediatras recetan medicamentos para tratar síntomas aislados del síndrome del intestino irritable, pero no administres ningún medicamento a tu hijo sin el visto bueno de su pediatra.
  • Reducción del estrés y estrategias de afrontamiento: la hipnosis, los ejercicios respiratorios y la psicoterapia se están utilizando cada vez más como formas seguras de controlar el síndrome del intestino irritable.
  • http://faros.hsjdbcn.org/es/articulo/sindrome-intestino-irritable

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