miércoles, 13 de abril de 2016

Dieta, genética e inflamación: la caída de un dogma.

Nuevas investigaciones sugieren que factores ambientales (y modificables) como la dieta y la microbiota son capaces de vencer la predisposición genética a padecer una determinada enfermedad, evidenciando la importancia de la epigenética y la microbiota intestinal en la expresión fenotípica de la enfermedad.

Gracias a los resultados del estudio METAHIT sabemos que el ecosistema intestinal humano se clasifica en tres grupos según la abundancia relativa de tres géneros: Bacteroides para el enterotipo 1, Prevotella para el enterotipo 2 y Ruminococcus para el 31. Se desconocen las causas de dicho agrupamiento, si bien éste parece relacionado con hábitos dietéticos. Así, el enterotipo tipo 1, con predominancia del genero Bacteroides, ha sido asociado a una dieta rica en proteínas y grasas, en contraposición al enterotipo 2 (predominancia del genero Prevotella), más asociado al consumo de fibras e hidratos de carbono2. Por tanto, sabemos que la dieta tiene su particular influencia en la estructura de la microbiota.
Por otro lado, es conocido el hecho de que en algunas enfermedades como la enfermedad inflamatoria intestinal o la diabetes mellitus se han apreciado determinados cambios en la estructura de la microbiota intestinal, muy probablemente implicados en su desarrollo.
Un reciente artículo publicado en Nature3 refrenda la hipótesis de que el tipo de dieta determina de algún modo la composición de la microbiota intestinal, pero con una importante novedad, que supone la intervención de la dieta en la modulación de la respuesta inflamatoria de determinadas enfermedades.
Los ratones Pstpip2cmo configuran un modelo animal genéticamente predispuesto a sufrir una enfermedad inflamatoria que se asemeja bastante a un cuadro de osteomielitis crónica recidivante en humanos. Estos ratones están programados genéticamente para desarrollar un cuadro de erosión y destrucción ósea y articular. Parece que la Interleucina-1β es el principal mediador en el desarrollo de dicha inflamación. En un intento de desvelar los factores ambientales que influyen en el desarrollo de la inflamación, se llevó a cabo este estudio. Los ratones Pstpip2cmo fueron asignados a recibir dos tipos de dieta. Un grupo recibía una dieta pobre en grasas o estándar y el otro grupo una dieta rica en grasas saturadas y colesterol. Los hallazgos fueron sorprendentes: aquellos ratones Pstpip2cmo que recibían la dieta poco saludable, quedaban protegidos del desarrollo de enfermedad inflamatoria osteoarticular, mientras que aquellos que recibían la dieta estándar o “sana”, presentaban un florido cuadro de osteomielitis y artritis destructiva.
Al analizar la composición de la microbiota intestinal mediante el gen 16S, se apreciaba cómo los ratones alimentados de forma saludable presentaban un patrón de microbiota caracterizado por un aumento de Prevotella junto con un descenso en Lactobacillus, con respecto a los ratones wild type y los ratones alimentados con una dieta rica en grasas. Se confirmó también que el efecto inflamatorio era mediado por la citocina proinflamatoria IL-1β, ya que los ratones “protegidos” por la dieta rica en grasas presentaban niveles muy bajos de este mediador en comparación con los ratones que sí desarrollaban el cuadro.
Por tanto, este estudio aporta importantes conclusiones: la dieta, a través de la modificación de la estructura de la microbiota intestinal, modula la expresión de interleucinas proinflamatorias. Pero si somos más arriesgados en las conclusiones, avanzamos hacia la caída de un dogma: factores ambientales (y modificables) como la dieta y la microbiota son capaces de vencer una predisposición genética a padecer una determinada enfermedad, evidenciando la importancia de la epigenética y la microbiota intestinal en la expresión fenotípica de la enfermedad.

Bibliografía
  1. Arumugam M, Raes J, Pelletier E, Le Paslier D, Yamada T, Mende DR et al. Enterotypes of the human gut microbiome. Nature. 2011; 473(7346): 174-80.
  2. Wu GD, Chen J, Hoffmann C, Bittinger K, Chen YY, Keilbaugh SA et al. Linking long-term dietary patterns with gut microbial enterotypes. Science. 2011; 334(6052): 105-8.
  3. Lukens JRGurung PVogel P et al. Dietary modulation of the microbiome affects autoinflammatory disease. Nature. 2014; 516(7530): 246-9.
  4. http://www.elprobiotico.com/dieta-genetica-inflamacion/

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