miércoles, 21 de noviembre de 2018

Somos Bacterias: La flora intestinal composición e importancia para la salud.

bacterias intestinales flora bacteriana intestino microscopio

Bacterias intestinales al microscopio




Bacterias, nuestro intestino continente más bacterias por centímetro cuadrado que las que podemos encontrar en el suelo, subsuelo y océanos (1). Durante años hemos pensado que estas bacterias eran simples compañeras que estaban ahí para descomponer la comida, pero las últimas investigaciones le confieren cada vez más importancia en el mantenimiento de la salud y el buen funcionamiento del cuerpo y el sistema inmunitario

Comienzo con esta entrada la serie "Somos Bacterias", varias entradas dedicadas a la flora intestinal, a conocer un poco más sobre sus tipos y sus funciones, los beneficios que aportan en el funcionamiento óptimo del cuerpo humano y por ultimo los efectos del abuso del uso de antibióticos sobre ella y sobre nuestra salud. España es uno de los 
países de Europa con mayores tasas de consumo de antibióticos de Europa (2), veremos como nos afectan. Los últimos datos sobre las funciones de la flora bacteriana intestinal, para mi son sorprendentes.

Las bacterias, los primeros organismos vivos (3)

Las células procariotas (células únicas sin núcleo) fueron los primeros y más simples organismos vivos del planeta. A medida que fueron evolucionando se desarrollaron dos tipos de células procariotas, las archaeas y las bacterias. Ambas perduran hasta nuestros días, pero algunas de las primeras bacterias evolucionaron a células más complejas con núcleo (células eucariotas) y hacia organismo pluricelulares (compuestos por muchas células).

Según la Teoría de la endosimbiosis seriada de Lynn Margulis (hoy ampliamente aceptada), algunas bacterias ingirieron a otras más pequeñas y en vez de destruirlas crearon una especie de simbiosis trabajando por el bien común, apareciendo las células con mitocondrias y las células con cloroplastos. Las células con mitocondrias evolucionaron hacia animales y hongos, y las de cloroplastos a plantas. Podríamos decir que nuestras células contienen pequeñas bacterias en su interior en forma de mitocondrias, encargadas de generar la energía que nutre al funcionamiento celular (ATP). No sólo tenemos bacterias en nuestro interior, si no que en cierto modo "somos bacterias".

celular procariotas eucariotas endosimbiosis mitoncondrias cloroplastos
Evolución de las células procariotas a eucariotas. Teoría de endosimbiosis seriada de Linn Margulis. Fuente

Pero además de tener a parientes de las bacterias dentro de nuestras células, en nuestro cuerpo hay 10 veces más bacterias que células propias. Estamos completamente rodeado de bacterias tanto en la superficie externa de la piel como el la superficie interna de tubo digestivo, desde la boca y nariz hasta el ano y en la vagina.  En el intestino viven 100 billones de bacterias de hasta 1000 tipos distintos de especies y más de 7.000 cepas diferentes (4). La mayoría de estas bacterias son "amigas", y muchas de ellas colaboran con el buen funcionamiento de nuestros organismo.

Bacterias intestinales: Un nuevo órgano metabólico

La comunidad científica internacional ha pasado en los últimos años de no prestar demasiada atención a la flora intestinal y considerarla un comensal sin una función destacada, a considerarla hoy en día un autentico «órgano metabólico» (1), con funciones en la nutrición, en el desarrollo y crecimiento, en la regulación de la inmunidad, el sistema endocrino y la inflamación sistémica. Los animales hoy somos considerados superorganismos regulados en parte por los micororganismos (microbiota) que hospedamos en nuestro tubo digestivo (1).

Se piensa que las alteraciones en la flora intestinal (disbiosis) podrían estar contribuyendo a algunas epidemias contemporáneas de los países desarrollados como son las alergias, el asma y la obesidad. La disbiosis también se está asociando con trastornos gastrointestinales como el hígado graso no alcohólico, la enfermedad celíaca y el síndrome de intestino irritable (1), aunque muchas de estas enfermedades tienen múltiples candidatos a ser responsables como el estrés, la contaminación, los disruptores endocrinos... y en ello andan los investigadores. Probablemente en todas exista un componente multifactorial.

Composición de la flora bacteriana intestinal (microbiota)

En el ecosistema intestinal humano dominan tres divisiones bacterianas a nivel filogenético:
  1. Las Bacteroidetes (que incluyen el genero bacteroides),
  2. Las Firmicutesque incluyen entre otros al género clostridiums y también al orden lactobacillales  (incluidas los Lactobacillus componentes de muchos probióticos)
  3. Y en menor grado Actinobacteriasque incluyen entre otras a las del género Bifidobacterium, también componentes de muchosprobióticos y yogures.(4) 
Por el momento, se ha establecido que los seres humanos podemos ser divididos según nuestra flora intestinal en 3 tipos de enterotipos dependiendo del tipo de bacteria predominante en nuestro intestino (5), una suerte de grupo sanguíneo bacteriano:
  • El enterotipo 1 ó A de predominio del género Bacteroides en un 20-30%, mas relacionadas con dietas ricas en grasas y proteinas.
  • El enterotipo 2 ó B dominado por las bacterias Prevotellas en un 10-15% más frecuentes en vegetarianos y en culturas más tradicionales asiáticas.
  • El enterotipo 3 ó C con predominio de Ruminococcus, aunque también de otras especies como Staphylococcus y Gordonibacter. Parece ser el más común.
Fuente endocrinologopediatra.wordpress.com 

Se ha visto que la proporción de algunos tipos de bacterias, en concreto de firmicutes/bacteroides está relacionada con determinadas patologías. Así a mayor cantidad de firmicutes respecto a bacteroides se relaciona con determinadas situaciones como la obesidad (1).

La excepción a esta regla son un tipo de firmicutes que es beneficioso para la salud intestinal que son las del orden lactobacillalescaracterizan por ser bacterias acidolacticas (BAL), ya que descomponen los hidratos de carbono (muchos no digeribles) produciendo ácido láctico, sustancia que permite controlar el crecimiento de otras bacterias patógenas, sobre todo las proteolíticas como las del genero clostridiums (y otras) que degradan proteínas y producen sustancias toxicas como fenoles, indoles y amoniaco, que si se producen y absorben en grades cantidades generan endotoxemia (autointoxicación) y mal funcionamiento de la mucosa intestinal. Las BAL son muy sensibles a los antibióticos, pero podemos ingerirlas con alimentos fermentados. Dentro de este orden están los géneros como Enterococcus,  Streptococcus,  Leuconostoc,  Lactococcus  y Lactobacillusalgunos de ellos componentes de muchos probióticos como veremos en la ultima parte de la serie.

Los investigadores están solo empezando a conocer cuales son las implicaciones de estas combinaciones de bacterias, qué hace qué sean diferentes en cada persona, qué relación tienen con las enfermedades y con las respuestas inmunitaria, y lo más importante, si se puede modificar de forma permanente la flora para mejorar la salud o curar algunas enfermedades y qué combinaciones serán las más adecuadas y beneficiosas.

jueves, 15 de noviembre de 2018

CAUSAS DE LA SANGRE EN LAS HECES Y HECES OSCURAS.





La presencia de la sangre en las heces, sea viva o digerida (generalmente en forma de heces oscuras o negras), siempre causa gran temor al paciente y a sus familiares.
El sangrado rectal puede tener varias causas, desde lesiones simples y benignas, como las hemorroides o fisura anal, hasta hemorragia digestiva más grave, tales como las provocadas por las úlceras del estómago o tumores del intestino.
En este artículo vamos a abordar las principales enfermedades que pueden causar el surgimiento de sangre viva y de heces oscuras.

TIPOS DE HECES CON SANGRE

El sangrado digestivo, que se caracteriza por la presencia de sangre viva en las heces, generalmente se divide en 2 formas, según su origen:
– Hemorragia digestiva alta: sangrado que se produce en el tracto gastrointestinal  superior, es decir, duodeno, estómago o esófago.
– Hemorragia digestiva baja: sangrado que se produce en el tracto gastrointestinal inferior, es decir, intestino delgado, intestino grueso, recto o ano.
El sangrado digestivo puede tener múltiples presentaciones distintas, las más comunes son:
1- Sangre oculta en las heces, es decir, ausencia de sangrado visible, que es detectada por examen coprológico.
2- Sangrado detectado después de limpiar el ano con papel higiénico.
3- Pequeño sangrado rectal  después de la evacuación que se caracteriza por gotas de sangre en el inodoro.
4- Pequeñas cantidades de sangre alrededor de las heces.
5- Heces con cantidad moderada de sangre alrededor.
6. Heces pastosas, negras y con olor muy fuerte.
7- Sangrado rectal con sangre viva en gran cantidad.

HEMATOQUECIA, MELENA Y ENTERORRAGIA

Otra manera de clasificar una pérdida de sangre en las heces es a través de las características del sangrado. Son los 3 tipos más comunes
⇒ Hematoquecia: también llamada sangrado rectal, es el nombre dado a la presencia de sangre en cantidad pequeña o moderada, que se envuelve en las heces y solamente aparece cuando el paciente evacua. El sangrado rectal es un signo típico de sangrados digestivos bajos.
⇒ Melena: es el nombre dado a las heces oscuras generalmente pastosas y con olor muy fuerte, que aparece en los sangrados digestivos altos, generalmente del estómago o duodeno. Este aspecto de la melena ocurre porque la sangre es digerida por el tracto gastrointestinal antes de ser eliminada en las heces.
La melena solamente se produce en sangrados de moderado a gran volumen. Pequeños sangrados del tracto digestivo alto generalmente se mezclan a las heces y pasan desapercibidos por los pacientes, siendo detectados por la prueba de sangre oculta fecal.
En algunos casos, el sangrado puede ser pequeño, pero constante, causando anemia en razón de la pérdida crónica de la sangre. La anemia por deficiencia de hierro, a veces, es la única pista de un sangrado digestivo oculto.
⇒ Enterorragia: es el nombre dado a la presencia de sangre viva en gran volumen y generalmente asociada al dolor abdominal. En este caso, el paciente puede evacuar solamente sangre, sin la presencia de heces. Es un signo de hemorragia digestiva severa, que puede originarse en cualquier lugar en el tracto gastrointestinal.

SANGRADOS RECTALES (HEMATOQUECIA) DE PEQUEÑA CANTIDAD

Pequeñas cantidades de sangre en las heces o sangrados detectables solamente después de limpiar el ano con papel higiénico son las formas más comunes de sangrado rectal. En el 90% de los casos, la etiología es benigna.
Las principales causas de sangrado rectal de pequeño volumen son:
– Hemorroides (Lee: HEMORROIDES – Síntomas y Tratamiento).
– Fisuras anales.
– Pólipos intestinales (Lee: PÓLIPOS INTESTINALES – Síntomas y Tratamiento).
– Proctitis.
– Úlceras en el recto.
– Cáncer rectal o anal.
– Endometriosis intestinal (Lee: ENDOMETRIOSIS – Síntomas, Causas y Tratamiento).
Pequeñas cantidades de sangre en las heces o sangrados detectables solamente tras la limpieza del ano con  papel higiénico son las formas de sangrado rectal más comunes. En un 90% de los casos, la etiología es benigna.
Las hemorroides normalmente se manifiestan como dolor al evacuar y hemorragias de pequeña cantidad que envuelven el final de las heces, gotas de sangre que se presentan después de la evacuación o manchas de sangre en el papel higiénico después de la limpieza del ano. Las hemorroides, cuando grandes, pueden ser vistas fácilmente por el propio paciente.
La fisura anal también suele causar dolor en la evacuación (generalmente más intensa que en las hemorroides) y pequeña cantidad de sangre en las heces o después de la limpieza del ano. La distinción entre fisuras anales y las hemorroides se realiza a través de examen visual del ano.
A pesar del pequeño tamaño, estos pequeños sangrados rectales de las hemorroides o de las fisuras, cuando se presentan en forma crónica, pueden causar anemia.

SANGRADO RECTAL DE VOLUMEN MODERADO A GRANDE

Cuando la cantidad de sangre en las heces es de moderada a grande, o cuando hay melenas, el origen del sangrado es generalmente más interno, generalmente en el colon, duodeno o estómago. Vamos a las causas más comunes:
1) Úlcera gástrica o úlcera duodenal
Las úlceras gástricas o duodenales son erosiones de la mucosa de estos órganos, que puede progresar a los vasos sanguíneos, lo que causa hemorragia digestiva. El sangrado de una úlcera gástrica o duodenal puede ser lo suficientemente pequeño como para pasar desapercibido, pero también puede ser voluminoso, causando melenas. Si la pérdida de sangre es demasiado grande, el paciente suele presentar vómitos sangrientos como principal manifestación del sangrado.
Las principales causas de las úlceras del estómago y  duodeno son el uso crónico de medicamentos antiinflamatorios o infección por la bacteria H. pylori (lee: HELICOBACTER PYLORI – Síntomas y Tratamiento) Los pacientes bajo gran estrés físico, como en los casos de grandes quemados, grandes cirugías, hospitalizaciones largas, etc., también pueden desarrollar úlceras.
2) Lesiones del esófago
Problemas en el esófago, como en casos de esofagitis severa o varices del esófago, también pueden causar sangrado. La presentación más frecuente es vómitos con sangre, pero en algunos casos la presencia de sangre en las heces puede ser la única manifestación de sangrado. Al igual que en el sangrado del estómago, la sangre en las heces del esófago suele presentarse como melena.
3) Enfermedad diverticular del colon
Divertículo es una protrusión de la pared del intestino. Son bolsas pequeñas, como los dedos de los guantes, que se presentan principalmente en la pared del colon por debilitamiento de los músculos. Es muy común después de 60 años y suelen ser lesiones múltiples a lo largo del intestino grueso.
Los divertículos son cambios benignos, no tienen nada que ver con cáncer, pero pueden sangrar o inflamar si se bloquean por las heces.
Los divertículos generalmente causan sangrados vivos, repentinos y de gran volumen. En general, no causan dolor, excepto un malestar abdominal o cólico causado por la presencia de sangre viva dentro del colon.
La enfermedad diverticular es una causa principal de sangrado significativo en pacientes de edad avanzada.
4) Cáncer del intestino
Aproximadamente el 10% de hemorragias digestivas en personas mayores de 50 años son secundarias a tumores de intestino. Los sangrados del tumor generalmente son de poca cuantidad  y pueden pasar desapercibidos.
Además de la pérdida de sangre por las heces, notable a simple vista o no, los pacientes con tumores malignos del colon generalmente también presentan otros signos, como las heces en cinta (heces delgadas), estreñimiento de inicio reciente o empeoramiento de un estreñimiento crónico, dolor abdominal, pérdida de peso y/o anemia.
5) Infección intestinal
Infecciones por las bacterias Salmonella, Campylobacter, Shigella o E.coli pueden provocar cuadros de infección intestinal severa, con fiebre, postración y diarrea con sangre (Lee: TRATAMIENTO CASERO DE LA DIARREA). Infecciones por amebas y lombrices también pueden causar un cuadro semejante.
6) Enfermedad inflamatoria intestinal
Enfermedad de Crohn y la rectocolitis ulcerosa son enfermedades inflamatorias del intestino de origen inmune que también se manifiestan con sangrado en las heces. El cuadro suele ser de cólicos y diarrea con sangre que aparece  periódicamente.
7) Angiodisplasia
Angiodisplasias son colecciones de vasos sanguíneos dilatados que surgen bajo el revestimiento interno del colon. Aunque las angiodisplasias puedan ocurrir en cualquier parte del colon, son más comunes en el colon ascendente (colon derecho). Las angiodisplasias son vasos más expuestos y más frágiles que se rompen más fácilmente.
El sangrado de las angiodisplasias es más común después de la edad de 60 años, generalmente sin dolor y con sangre viva alrededor de las heces. Sin embargo, la angiodisplasia puede causar sangrado masivo hasta un cuadro sin síntoma donde el paciente presenta solamente pérdida de sangre oculta.

DIAGNÓSTICO DE SANGRADO EN LAS HECES

La investigación de hemorragias digestivas se hace generalmente con un método endoscópico. Si la sospecha de sangrado en las regiones más bajas del tracto gastrointestinal, la rectosigmoidoscopia o la colonoscopia son las pruebas más adecuadas (Lee: ¿CÓMO SE REALIZA LA COLONOSCOPIA?). Si la sospecha de sangrado en el tracto digestivo superior, la endoscopia digestiva alta es la prueba de elección (Lee: ENDOSCOPIA DIGESTIVA ALTA).
En casos de hemorroides o fisura anal, el examen físico, con visión directa del ano, puede ser suficiente para el diagnóstico. En algunos casos, el examen rectal digital es necesario para encontrar sangrados en el recto, que no son visibles a través de la simple visualización del ano.


En algunos pacientes, el sangrado gastrointestinal puede ser de pequeño volumen, no siendo suficiente para dejar las heces sangrientas. Sin embargo, si el sangrado es continuo, aunque pequeño, lleva a la aparición de la anemia. Para investigar esta posibilidad, un simple examen es el llamado prueba de sangre oculta fecal.

Introducción a la malabsorción.

Por Atenodoro R. Ruiz, Jr., MD, Consultant, Section of Gastroenterology, and Head, Colon Cancer Screening Task Force, The Medical City, Pasig City, Metro-Manila, Philippines


NOTA: Esta es la versión para el público general. 
MÉDICOS: Hacer clic aquí para la versión para profesionales
El síndrome de malabsorción (absorción deficiente) hace referencia a varios trastornos en los cuales los nutrientes de los alimentos no se absorben adecuadamente en el intestino delgado.
  • Algunos trastornos, infecciones e intervenciones quirúrgicas pueden producir malabsorción.
  • La malabsorción causa diarrea, pérdida de peso y heces voluminosas y con muy mal olor.
  • El diagnóstico se basa en los síntomas característicos, junto con análisis de muestras de heces y en ocasiones una biopsia del revestimiento del intestino delgado.
  • El tratamiento depende de la causa.
Normalmente, los alimentos se digieren y los nutrientes (proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales) se absorben al torrente sanguíneo, principalmente en el intestino delgado. La malabsorción puede ocurrir si un trastorno:
  • Interfiere en la digestión de los alimentos
  • Interfiere en la absorción de los nutrientes
La digestión de los alimentos puede resultar afectada por trastornos que impiden una adecuada mezcla de los alimentos con las enzimas digestivas y el ácido del estómago. La mezcla inadecuada puede ocurrir en una persona a la que se ha extirpado una parte del estómago. En algunos trastornos, el cuerpo produce cantidades o tipos insuficientes de enzimas digestivas, que son necesarias para la degradación de los alimentos. Por ejemplo, una causa frecuente de malabsorción es la insuficiente producción de enzimas digestivas por parte del páncreas, lo que ocurre en algunas enfermedades pancreáticas, o por el intestino delgado, lo que ocurre cuando hay deficiencia de lactasa (ver Intolerancia a la lactosa). También puede afectar a la digestión una reducción en la producción de bilis, un exceso de ácido gástrico o la proliferación de un tipo inadecuado de bacterias en el intestino delgado (ver Síndrome de proliferación bacteriana).
La absorción de nutrientes al torrente sanguíneo puede verse afectada por trastornos que lesionan el revestimiento del intestino delgado. El revestimiento normal consta de unas pequeñas protuberancias llamadas vellosidades y otras aún más pequeñas llamadas microvellosidades, las cuales crean una enorme superficie de absorción. La extirpación quirúrgica de una gran parte del intestino delgado disminuye sustancialmente la superficie disponible para la absorción (ver síndrome del intestino corto). Las infecciones (bacterianas, víricas o parasitarias), los fármacos (como la colestiramina, la tetraciclina y la colchicina), el alcohol, los trastornos celíacos y la enfermedad de Crohn pueden dañar el revestimiento intestinal. Los trastornos que afectan al flujo de líquido linfático desde el intestino al torrente sanguíneo (el camino que deben seguir las grasas para entrar en el torrente sanguíneo), como una malformación de los vasos linfáticos intestinales (ver Linfangiectasia intestinal), una obstrucción de los vasos linfáticos debida a un linfoma (cáncer del sistema linfático) o una entrada problemática del líquido linfático en el torrente sanguíneo debida a algunas cardiopatías, también reducen la absorción.

Síntomas de malabsorción

Los síntomas de malabsorción se producen por el aumento del paso de nutrientes no absorbidos a través del tubo digestivo o por las deficiencias nutricionales que resultan de una inadecuada absorción.
La diarrea crónica es el síntoma más común de malabsorción. Cuando no se absorben adecuadamente las grasas en el tubo digestivo, las heces son de color claro, blandas, voluminosas, grasas y excepcionalmente malolientes (este tipo de heces se denominan esteatorrea). Las heces pueden flotar o quedarse pegadas al inodoro y ser difíciles de eliminar al descargar la cisterna. La absorción inadecuada de ciertos azúcares produce diarrea explosiva, hinchazón abdominal y flatulencia.
La malabsorción causa deficiencias de todos los nutrientes o deficiencias selectivas de proteínas, grasas, azúcares, vitaminas o minerales. Por lo general, las personas con malabsorción pierden peso o tienen dificultad para mantener su peso a pesar de un consumo adecuado de alimentos. Las mujeres puede que dejen de menstruar. Los síntomas varían dependiendo del déficit específico. Por ejemplo, una deficiencia de proteínas puede causar hinchazón y acumulación de fluido (edema) en cualquier parte del cuerpo, sequedad de la piel y caída del cabello. La anemia (causada por déficit de vitaminas o hierro) puede causar fatiga y debilidad.

Síntomas de los déficits de nutrientes

Nutriente
Síntomas
Calcio
Dolor en los huesos y deformidades, mayor probabilidad de fracturas (debido al adelgazamiento de los huesos u osteoporosis), espasmos musculares, coloración de los dientes y mayor propensión a caries dental dolorosa
Folato (ácido fólico)
Fatiga y debilidad (debido a la anemia)
Hierro
Fatiga y debilidad (debido a la anemia)
Magnesio
Espasmos musculares
Niacina
Diarrea, trastornos de la piel, confusión (pelagra) y ulceración en la lengua
Proteínas
Hinchazón (edema), generalmente en las piernas; sequedad de la piel y pérdida del cabello
Vitamina A
Ceguera nocturna
Vitamina B1
Sensación de hormigueo, especialmente en los pies, e insuficiencia cardíaca
Vitamina B2
Ulceración en la lengua y bordes de la boca agrietados
Vitamina B12
Fatiga y debilidad (debido a la anemia), sensación de hormigueo y confusión
Vitamina C
Debilidad y sangrado de las encías
Vitamina D
Adelgazamiento y dolor de los huesos
Vitamina K
Tendencia a sangrar y hacerse moretones

Diagnóstico de la malabsorción

  • Valoración médica de la historia personal y de los síntomas
  • Pruebas para confirmar el diagnóstico (como análisis de sangre y de heces)
  • Pruebas para diagnosticar la causa (como la biopsia y las pruebas de diagnóstico por la imagen)
El médico sospecha que hay malabsorción cuando una persona tiene diarrea crónica, pérdida de peso, anemia u otros signos de déficits nutricionales. La malabsorción es menos obvia, y a menudo más difícil de reconocer, en las personas mayores que en los niños.
Las pruebas de laboratorio ayudan a confirmar el diagnóstico:
  • Pruebas para medir la grasa en las heces
  • Examen visual de las heces
  • Análisis de sangre
Una prueba que mide directamente la cantidad de grasa en las heces recogidas a lo largo de 3 días es la más fiable para diagnosticar la malabsorción de grasas, que está presente en casi todos los trastornos de malabsorción. Un hallazgo de más de 7 g/día de grasa en las heces es el indicador más característico de malabsorción. También se dispone de algunas otras pruebas que miden la grasa en las heces, pero no requieren la recogida de heces durante 3 días.
Las muestras de heces se examinan a simple vista y al microscopio. La presencia de fragmentos de alimentos sin digerir puede significar que el alimento pasa muy rápido por el intestino. En una persona que presenta ictericia, las heces con exceso de grasa indican una disminución en la producción o la secreción de bilis. Algunas veces se ven parásitos o sus huevos al microscopio, lo que sugiere que la malabsorción está causada por una infección parasitaria.
Pueden hacerse análisis de sangre y otras pruebas de laboratorio para detectar la malabsorción de otras sustancias específicas, como la lactosa o la vitamina B12.
Una vez que el médico confirma que la persona sufre un trastorno de malabsorción, se realizan pruebas para diagnosticar la causa:
  • Biopsia
  • Pruebas de diagnóstico por la imagen
  • Pruebas de función pancreática
Puede ser necesaria una biopsia para detectar anomalías en el revestimiento del intestino delgado. El tejido se obtiene a través de un endoscopio (tubo flexible de visualización equipado con una fuente de luz y una cámara, por el cual puede insertarse una pequeña pinza) que se introduce por la boca hasta el intestino delgado.
También se pueden hacer pruebas de diagnóstico por la imagen, como la enteroscopia con videocápsula, la tomografía computarizada o las radiografías con contraste de bario y otras pruebas diagnósticas (cultivo de bacterias digestivas, ciertos análisis de sangre o pruebas de aliento).
Si el médico cree que la causa de la malabsorción puede ser una producción insuficiente de enzimas digestivas por parte del páncreas, se realizan estudios de la función pancreática. Sin embargo, algunos de estos estudios son complejos, requieren mucho tiempo y son invasivos. En una de las pruebas, se introduce un tubo por la boca y se dirige hasta el intestino delgado, donde pueden recogerse y medirse los jugos intestinales que contienen secreciones pancreáticas. En otra prueba, la persona ingiere una sustancia que requiere enzimas pancreáticas para su digestión. Los productos de la digestión se medirán en la orina. Recientemente, los médicos han estado haciendo pruebas más simples y fáciles que miden los niveles de ciertas enzimas pancreáticas en las heces.