domingo, 17 de enero de 2021

Distensión abdominal funcional.

 


Definición

Se define como la presencia recurrente de sensación de hinchazón o aumento de tensión abdominal

La distensión abdominal puede ser subjetiva (el paciente nota la sensación de distensión) u objetiva (la distensión abdominal es visible) y aunque es frecuente que se asocien, no siempre ambas formas van unidas.

 

 

Frecuencia

La distensión abdominal funcional es uno de los síntomas digestivos más comunes, afectando hasta a un 20% de la población, siendo un síntoma casi invariable (cercano al 80-90%) cuando existe otras enfermedades como son el síndrome de intestino irritable o el estreñimiento crónico funcional.

 

                                               Es la presencia recurrente de hinchazón o 

                                                     aumento de la tensión abdominal.

 

Distensión abdominal funcional y orgánica

Por lo general la distensión abdominal se asocia a otro tipo de trastornos gastrointestinales funcionales como son el síndrome de intestino irritable, la dispepsia funcional o el estreñimiento crónico funcional; apareciendo también con cierta frecuencia asociados otros síntomas digestivos como son el meteorismo (excesivo gas en forma de eructos o flatulencias), náuseas, borborigmos (movimientos intestinales y gorgoteos), alteraciones del ritmo intestinal (estreñimiento o diarrea), etc.

Pero también puede ser un síntoma único y así es reconocido por el consenso de Roma III que define también a la distensión abdominal funcional como un proceso independiente.

No obstante hay que tener en cuenta que, aunque en la mayoría de las ocasiones es un trastorno benigno y funcional, puede ser también un síntoma de enfermedades orgánicas como: infecciones intestinales, intolerancias alimentarias, procesos malabsortivos, sobrecrecimiento bacteriano, enfermedad diverticular, enfermedad inflamatoria intestinal, patología tumoral intrabdominal o presencia de ascitis (líquido libre en el abdomen en tumores y cirrosis hepática fundamentalmente). Por este motivo en todos los pacientes habrá que descartar con una buena historia clínica y exploraciones complementarias que se consideren necesarias, enfermedad orgánica.

 

 

¿Cómo se presenta la distensión abdominal funcional?

La distensión abdominal funcional de forma característica fluctúa de intensidad durante la vida del paciente, no presentándose igual y de forma invariable todos los días. También es característico que empeore a lo largo del día y mejore con el sueño. También suele empeorar con la ingesta, independientemente de su contenido, aunque podría ser mayor si esta contiene fibras, grasas, hidratos de carbono y productos lácteos (a veces esto último independiente de que exista o no intolerancia a lactosa).

 

 

¿Altera la calidad de vida?

En algunos pacientes este síntoma es muy invalidante, alterando notablemente la calidad de vida asociado o no a otros síntomas funcionales y siendo en ocasiones incluso peor tolerado que el dolor abdominal funcional.

 

 

Fisiopatología. ¿Cuáles son sus causas y porqué se produce?

 

– El gas ha sido siempre el elemento más implicado en la distensión abdominal. Su cantidad depende del equilibrio que exista entre su formación y expulsión.

Generalmente se crea por la ingesta de aire, reacciones químicas intestinales y fermentación bacteriana.

Se suele reducir por los eructos, evacuación anal, difusión por la pared intestinal hacia la sangre y por consumo bacteriano.

Es lógico pensar que existirá un aumento de gas intestinal y por tanto distensión abdominal, en aquellas situaciones en las que ingiera o se produzca de forma excesiva:

– en la aerofagia: tragar aire en exceso por comidas demasiado rápidas o situaciones de stress o ansiedad.

– en la fermentación excesiva bacteriana: consumo excesivo de azúcares a los que se puede ser intolerante como son la lactosa, fructosa, sorbitol, etc. o bien consumo excesivo de azúcares o alimentos que siempre se absorben de forma incompleta como son el almidón, oligosacáridos y fibras vegetales.

– en el sobrecrecimiento bacteriano o cuando existe una microbiota colónica “hiperactiva”, sobre todo por bacterias que fabrican más gas del que consumen.

En su mayor parte el colon alberga bacterias formadoras de hidrógeno y dióxido de carbono que resultan de la fermentación de los azúcares. También existen bacterias reductoras de sulfato que liberan gases odoríferos por su alto contenido en azufre y otras que consumen hidrógeno y fabrican metano.

Sin embargo parece existir una disociación en la mayoría de los pacientes entre la flatulencia, verdadero síntoma del exceso de gas, y la distensión abdominal, ya que la mayoría de los estudios los pacientes que se quejan de meteorismo son capaces de expulsar grandes cantidades de gas sin quejarse de otros síntomas supuestamente asociados como la distensión.

 

– La presencia de heces en el colon podría jugar un importante papel en la distensión abdominal. Es verdad que la distensión es un síntoma muy frecuente en los pacientes estreñidos pero también puede aparecer, aunque en menor medida, en pacientes con síndrome de intestino irritable predominio diarrea. Por lo tanto, aunque la retención de heces también puede ser un factor importante en el desarrollo de distensión abdominal, ya que aumenta el volumen intrabdominal y favorece la fermentación bacteriana, por si mismo tampoco lo explica.

 

– Los líquidos en el intestino delgado podrían jugar también un importante papel. Así, tras la ingesta, muchos pacientes se quejan de distensión abdominal que desaparece tras periodos de ayuno. Diversos estudios han demostrado que la distensión proximal del intestino delgado por los líquidos generados durante la comida y digestión gástrica, podría jugar un importante papel en la distensión abdominal que experimentan muchos pacientes, sobre todo tras la ingesta de comidas ricas en grasas. Así, existen estudios en pacientes en los que se infundió líquidos ricos en lípidos en intestino delgado, lo que se asociaba a una actividad propulsora intestinal lenta aumentando a su vez la sensación de distensión abdominal.

 

– El sobrepeso y el acúmulo de grasa excesiva en el abdomen y alrededor de las vísceras parece asociarse significativamente a distensión abdominal. Así, existen estudios en los que se demuestra claramente que un índice de masa corporal (IMC) superior a 30, suele asociarse más a este síntoma. No obstante también los pacientes delgados se pueden quejar con cierta frecuencia de distensión abdominal.

 

– El sedentarismo y sobre todo el permanecer durante largos periodos tumbado, parece asociarse de forma clara a una disminución del tránsito intestinal de gas que favorecería la distensión abdominal. La posición vertical sin embargo favorece el movimiento intestinal y la acción tónica de la musculatura abdominal y diafragma, sobre el intestino, durante el ejercicio físico.

 

– Las alteración del vaciamiento y motilidad intestinal también han sido implicadas como causa de la distensión abdominal, ya que en pacientes con alteraciones motoras intestinales que afectan sobre a la propulsión del contenido intestinal gaseoso a nivel del intestino delgado, parece existir con más frecuencia distensión abdominal, en comparación con los pacientes que presentan este mismo problema a nivel del colon.

 

– Las alteraciones en la coordinación entre la musculatura diafragmática y abdominal también parece jugar un importante papel. Así existen estudios realizados con electromiografía (EMG), una técnica que nos permite valorar la actividad muscular, en los que se ha demostrado que existe una marcada distonía y disinergia a nivel muscular en muchos de los pacientes que presentan distensión abdominal, sobre todo relajación del músculo diafragma y de los músculos abdominales anteriores, y que esta parece venir condicionada sobre todo por un aumento del gas intestinal (la infusión de gas en yeyuno en voluntarios sanos y pacientes, producen esta respuesta de forma refleja, posiblemente para mejorar la acomodación del contenido intestinal).

 

 Por último también se han implicado de mayor presencia de distensión abdominal en personas que tienen alteraciones de la sensibilidad intestinal, es decir aquellas personas que tiene un bajo umbral sensorial o hipersensibilidad a la distensión y que por tanto perciben ésta como más incomoda que las personas sanas, aún cuando no aumente significativamente el volumen abdominal. Esto es especialmente frecuente en pacientes con dispepsia funcional y síndrome de intestino irritable, así como en paciente con alteraciones psicológicas, sobre todo con stress, ansiedad y depresión, asociándose además en estos una alto riesgo de somatización.

 

 

Exploraciones complementarias y diagnóstico diferencial

Una buena historia clínica y exploración física son fundamentales y muchas veces son claramente discriminatorias de cuales son la causas de la distensión abdominal.

Las exploraciones complementarias irán encaminadas fundamentalmente a descartar procesos orgánicos que puedan cursar con distensión abdominal como son infecciones intestinales bacterianas o parasitarias, intolerancias alimentarias, celiaquía, procesos malabsortivos, sobrecrecimiento bacteriano, enfermedad diverticular, enfermedad inflamatoria intestinal, patología tumoral intrabdominal o ascitis (por tumores que invaden el peritoneo o cirrosis hepática).

Dependiendo por tanto de cual sea la sospecha clínica puede ser necesario la realización de análisis de sangre y heces, estudios de Hidrógeno espirado (lactosa, fructosa, sorbitol, sobrecrecimiento bacteriano, etc.), estudios endoscópicos con/sin biopsias y estudios radiológicos, sobre todo ecografía o TC abdominal.

 

 

Tratamiento

El manejo de estos pacientes es sobre todo empírico al no conocerse, como hemos visto antes, el mecanismo que produce distensión abdominal.

Fundamentalmente se tiende a tratar intentando reducir la producción de gas intestinal mediante el uso de determinadas dietas excluyentes como la FODMAPs, baja en oligosacáridos fermentables, disacáridos (como lactosa), monosacáridos (como la fructosa) o polioles (como el sorbitol), sobre todo cuando quede demostrado que además exista una malabsorción de algunos de ellos mediante test específicos como el del Hidrógeno espirado.

También se pueden usar medidas que tienden a favorece la expulsión de gas, como es el incremento de la actividad física ya que como decíamos antes favorece el tránsito de gas intestinal. La compresión abdominal mediante masajes, usada también por algunos médicos como tratamiento, podría ser útil en algunos pacientes, sin embargo no existen estudios en lo que se ponga de manifiesto la evidencia científica de este hecho. Los fármacos absorbentes como simeticona y carbón activado se ha mostrado eficaz en algunos pacientes.

Corregir las distonía y disinergia abdominal y diafragmática si se ha mostrado eficaz para mejorar la distensión abdominal. Para esto se pueden usar medidas de biofeedback con electromiografía.

El uso de probióticos con Lactobacillus y Bifidusbacterias, y antibióticos no absorbibles como la Rifaximina ,también pueden ayudar a correguir la disbiosis que presentan muchos de estos pacientes, sobre todo aquellos con síndrome de intestino irritable, mejorando en algunos casos la distensión abdominal de forma muy eficaz.

El uso de fármacos que puedan mejorar la motilidad intestinal y sensibilidad visceral también puede ser de utilidad. Los procinéticos como la Domperidona o Levosulpirida puede ser eficaces en algunos casos asociados a dispepsia funcional, así como la Prucaloprida cuando se asocia estreñimiento.

Los antiespasmódicos como Meveberina Otilonio Bromuro pueden ser útiles sobre todo en aquellos casos en los que se asocia dolor.

Los antidepresivos a bajas dosis pueden mejorar también la hipersensibilidad visceral, aumentado el umbral de la distensión y dolor, siendo especialmente útiles en pacientes en los que otros tratamiento no han sido eficaces.

 

 

 

Fuente principal: Bloating and functional gastro-intestinal disorders: Where are we and where are we going? Iovino P, Bucci C, Tremolaterra F, Santonicola A, Chiaroni G. J Gastroenterol. Oct 21, 2014; 20(39): 14407–14419.


https://funcionales.es/monografias/distension-abdominal-funcional/

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