En ocasiones, el estreñimiento se debe a otros trastornos intestinales. Así, el estreñimiento es un síntoma común del síndrome de colon irritable. También enfermedades intestinales inflamatorias como la diverticulitis o la enfermedad de Crohn pueden provocar estreñimiento. En raras ocasiones, un estreñimiento es un síntoma de tumores intestinales benignos (pólipos intestinales), íleo intestinal o cáncer intestinal. El caso extremo de un estreñimiento es el íleo intestinal: en este caso, el transporte de las heces está completamente boqueado. Por otro lado, enfermedades anales como fisuras, abscesos y hemorroides dolorosas pueden dificultar la defecación regular de los afectados.
Enfermedades nerviosas y musculares
Un estreñimiento también puede ser un síntoma de una enfermedad que, a simple vista, no tenga nada que ver con el intestino grueso. Así, las enfermedades nerviosas como el Parkinson o la esclerosis múltiple suelen ser causas de una digestión insuficiente. También enfermedades musculares como la distrofia muscular o la miastenia gravis pueden ir acompañadas de estreñimiento.
Equilibrio hormonal
También los trastornos del equilibrio hormonal pueden ser causas de un estreñimiento. Cuando, por ejemplo, el equilibrio hormonal se altera como consecuencia de una diabetes mellitus o de un hipotiroidismo, esto puede afectar a la actividad del intestino grueso y provocar un estreñimiento. También las embarazadas padecen con frecuencia de estreñimiento: como consecuencia del cambio en el equilibrio hormonal durante el embarazo (especialmente de los niveles de las hormonas progesterona y gestágenos) se produce estreñimiento con frecuencia.
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