miércoles, 11 de diciembre de 2019

Aprobado un fármaco con células madre para las fístulas del Crohn.

La Seguridad Social financiará darvadstrocel, un fármaco desarrollado en España elaborado con células madre de grasa de donantes para curar las fístulas perianales que padecen los pacientes de la enfermedad de Crohn.
 
Investigadores españoles han descubierto y desarrollado un fármaco, darvadstrocel (comercializado como Alofisel), elaborado con células madre obtenidas de la grasa de donante para tratar las fístulas perianales complejas en pacientes con la enfermedad de Crohn. Este nuevo tratamiento, basado en una tecnología desarrollada por el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CESIC), va destinado a pacientes que presentan estas lesiones, pero que no responden a las terapias farmacológicas. Este medicamento, que podría también emplearse en otras enfermedades inflamatorias y autoinmunes, es la primera terapia celular alogénica aprobada en Europa, está ya aprobado por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social y será financiado por la Seguridad Social.
Los resultados de los ensayos clínicos sobre el uso de células madre para tratar las fístulas perianales, realizados en varios hospitales de Europa e Israel, se publicaron en la revista The Lancet. Se demostró que con una única inyección se lograba la cicatrización y el cierre de las fístulas en casi el 50% de los pacientes, al reducir la inflamación y favorecer el crecimiento de tejido nuevo.
 
Las fístulas perianales afecta a uno de cada cuatro pacientes de la enfermedad de Crohn y solo en un 50% se logra su remisión con tratamientos farmacológicos.
 
Las fístulas en el recto y los abscesos perianales son de las complicaciones de la enfermedad de Crohn que más afecta a la calidad de vida de los pacientes. Se cree que alrededor de uno de cada cuatro pacientes de enfermedad de Crohn las padece. Los tratamientos farmacológicos que existen solo consiguen curar a un 50% de los afectados. Hasta ahora, la única solución para estos enfermos era la cirugía, a la que muchos tenían que someterse en reiteradas ocasiones.

Esta terapia celular se ha logrado gracias a dos patentes españolas

El fármaco se basa en dos avances científicos patentados y desarrollados por investigadores españoles y que producirá el laboratorio farmacéutico japonés Takeda. Una de las patentes describe cómo la capacidad regenerativa de las células madre mesenquemiales procedentes del tejido adiposo ayuda a tratar las fístulas anales complejas en los enfermos de Crohn. Esta patente se ha desarrollado en la Universidad Autónoma de Madrid en colaboración con la empresa Tigenix-Cellerix, comprada por Takeda.
La otra patente describe la actividad inmunorreguladora de células madre derivadas de la grasa y su uso en el tratamiento de enfermedades inflamatorias y autoinmunes, como es la enfermedad de Crohn. Esta patente pertenece al Instituto de Parasitología y Biomedicina López-Neyra, de Granada, perteneciente al CESIC, también en colaboración con Tigenix-Cellerix.

El intestino, origen de enfermedades como la soriasis y la esclerosis múltiple.


Seguramente usted no lo sabe, pero todos los microbios que habitan en su intestino representan alrededor de un kilo de lo que usted pesa en total. Esta población de bacterias es lo que se conoce como microbiota intestinal y en los últimos años ha demostrado ser tan importante, que algunos investigadores hablan de ella como un "nuevo órgano" o "segundo cerebro" del ser humano. Sí: ese ecosistema autosostenible de "bichos" que quizá a usted le resultan repugnantes es necesario para el buen funcionamiento de su organismo. Y no solo eso: están implicados en la aparición de enfermedades tan actuales como la dermatitis atópica, la soriasis, la esclerosis múltiple, la celiaquía o la diabetes tipo 1, entre otras muchas.
"Hasta ahora conocemos poco porque hace solo 10 años que se estudia la microbiota humana aplicada a la medicina. Pero en el campo de la dermatología, ya hay estudios que demuestran que los pacientes con dermatitis atópica, soriasis y acné tienen una microbiota intestinal diferente", explica Vicente Navarro, director de la Cátedra de Microbiota Humana y Enfermedades Infecciosas de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM).
"En neurología también hay descrita una relación entre la microbiota y la enfermedad. Sobre todo en la esclerosis múltiple, aunque se está empezando a investigar esta relación en el párkinson, el alzhéimer, la epilepsia y el autismo. Y también en otras patologías inflamatorias, como la enfermedad de Crohn [una inflamación crónica del tracto intestinal] o la celiaquía. Son un grupo muy diverso de enfermedades que en general comparten un mecanismo inmunológico-alérgico. Por eso también se habla de que la rinitis alérgica o el asma pudieran tener que ver con la microbiota intestinal", añade.

Países desarrollados

Todas estas enfermedades, además, tienen una similitud: son propias de los países desarrollados (especialmente las de tipo inmunológico-alérgico) y, también, mucho más prevalentes en las últimas décadas. "Por eso se piensa que hay un componente en la dieta de las personas -la comida tiene "bichos", gérmenes- que hace que estas enfermedades aparezcan. Quienes vivimos en países desarrollados tenemos el mismo número de bacterias en el intestino que los países menos desarrollados, pero mucha menos biodiversidad. Nuestra biodiversidad es casi la mitad que la de ellos. Y, cuando esto pasa, en general esto se relaciona con la enfermedad", cuenta el doctor Navarro.
"Hay enfermedades por falta de bacterias. El gran error de los últimos 50 años ha sido el consumo de una dieta muy industrializada"
Francisco Guarner
Investigador del VHIR (Vall d’Hebron Institut de Recerca) del grupo de fisiología y fisiopatología digestiva
Suscribe esta idea Francisco Guarner, investigador del VHIR (Vall d’Hebron Institut de Recerca) del grupo de fisiología y fisiopatología digestiva, quien asegura que actualmente "hay enfermedades por falta de bacterias". "Hemos dejado de dar de comer a nuestras bacterias 'buenas'. Cuando solo comemos pan blanco, huevo o carne y renunciamos a los vegetales, lo absorbemos todo nosotros y no damos trabajo a esas bacterias buenas, que acaban atrofiándose. Y entonces pasan a proliferar aquellas que comen solo moco intestinal", cuenta Guarner, quien destaca que el "gran error" de los últimos 50 años ha sido el consumo de una "dieta muy industrializada", de la cual se han eliminado "muchísimas frutas y vegetales naturales".
Según este experto, además el "mal uso" de los antibióticos (son necesarios y salvan vidas, sí, pero se han utilizado de manera "poco selectiva", advierte) ha causado la muerte masiva de millones bacterias inofensivas en el intento de matar solo la que causaba la infección de turno.

Preparados probióticos

Pero, si la microbiota intestinal alterada se relaciona con la aparición de enfermedades, ¿es posible revertir estas dolencias modificando la microbiota? "En la soriasis solo hay un ensayo clínico que demuestra que con un preparado probiótico concreto [los probióticos son microorganismos vivos que pueden estar en los alimentos, medicamentos o complementos de la dieta], a las 12 semanas, el paciente tiende a normalizar la microbiota y, con ello, la enfermedad mejora", comenta el doctor Navarro. Este estudio fue publicado hace pocas semanas en la revista 'Acta Dermato-Venereologica'.
También con la celiaquía en niños se han hecho avances. "La enfermedad mejora con probióticos. Hay un estudio realizado hace tres años en EEUU sobre autismo -los pacientes con autismo tienen la microbiota alterada- y parece ser que con el uso de una mezcla probiótica disminuye la agresividad e hiperactividad de estos niños", añade Navarro. Sin embargo, no es posible de momento revertir el trastorno del espectro autista. Y tampoco enfermedades como la esclerosis múltiple.
"Un ensayo clínico demuestra que un preparado probiótico puede mejorar la soriasis"
Vicente Navarro
Cátedra de Microbiota Humana y Enfermedades Infecciosas de la UCAM
"En esclerosis múltiple no hay ensayos clínicos que incluyan un gran número de pacientes para intentar modificar esa microbiota. Sí hay estudios de laboratorio con ratas en los que se demuestra que, cuando se les hace una transposición de heces de pacientes con esclerosis múltiple, estas ratas empiezan a desarrollar la enfermedad. Pero no hay un ensayo clínico que demuestre que utilizando un probiótico se cura la enfermedad", cuenta el profesor de la Universidad Católica San Antonio de Murcia.

Cambio de paradigma

Todos estos hallazgos, no obstante, señalan un camino por el que seguir. "Son nuevas vías terapéuticas. Estamos hablando de enfermedades de causa multifactorial. Esto es, sabemos que hay componentes hereditarios, inflamatorios, de medio ambiente, autoinmunes... Y parece que uno de esos componentes es la microbiota intestinal. Los investigadores estamos utilizando mecanismos para cambiar la microbiota, y uno de ellas podría ser la dieta", cuenta Navarro.
El mismo explica que el 57% de los genes que tenemos en el cuerpo son bacterianos: es decir, las bacterias han logrado incrustar parte de su material genético en nuestro código genético y actualmente representan más que nuestros genes humanos. "Está claro que tanta bacteria tiene que estar implicada en la salud y enfermedad. Se ha demostrado que el intestino influye en la piel y en el cerebro", dice el doctor. ¿Por qué? "Porque en el intestino tenemos el 80% del sistema linfático, los ganglios sin activar están en la mucosa intestinal. Y, cuando detectan una bacteria nueva o con algún cambio, se produce una alteración de la permeabilidad intestinal".
Esta alteración permite que los elementos dañinos pasen a la sangre a través de unos pequeños agujeros en la pared intestinal, provocando diferentes daños a nivel sistémico. Los principales motivos por los cuales se puede dar esta patología son las dietas desequilibradas, los tratamientos antibióticos, el estrés o una excesiva higiene. "Todo esto nos pone en contacto con algo nuevo que puede cambiar en los próximos años el paradigma de muchas enfermedades", concluye el doctor Navarro.

El "segundo cerebro"

El intestino es, después del cerebro, el órgano que más neuronas tiene: por eso también se conoce como el "segundo cerebro" del ser humano. "El intestino tiene toda una red de neuronas conectadas capaces de tomar decisiones sin contar con el cerebro. El 99% de lo que hace el intestino lo decide hacer él solo", señala Francisco Guarner, investigador del VHIR (Vall d’Hebron Institut de Recerca) del grupo de fisiología y fisiopatología digestiva. Un ejemplo: cuando una persona vive una situación de estrés, es frecuente que el intestino grueso provoque una diarrea. "El intestino sabe que estás estresado y prefiere vaciar, así como también cierra un poco el estómago. El intestino está tomando permanentemente decisiones", añade Guarner.
¿Entonces pueden nuestras emociones afectar al sistema digestivo? Algunas sí. "El estrés es una emoción muy estudiada porque se da en otros mamíferos. También influye el placer: hay muchas vías de placer que comienzan en el intestino y van hacia el cerebro", cuenta Guarner. ¿Y al revés: lo que hay en nuestro intestino influye en nuestros rasgos de personalidad? "Antes del 2010 la respuesta era no, pero desde ese año la respuesta es probablemente sí", explica el médico.

Un experimento del 2010 probó que los ratones con la microbiota intestinal alterada tenían un comportamiento distinto

En el 2010 se hizo un experimento con ratones a través del cual se comprobó que aquellos roedores que no estaban colonizados por bacterias tenían una conducta anormal: se movían mucho y se quedaban quietos en medio de las jaulas. Normalmente los ratones se van a las esquinas, pero los que tenían una microbiota alterada no se comportaban así. "Con este experimento se vio que había una conducta en los roedores que no estaba mediada por los genes de sus padres, sino por la colonización bacteriana. Esto levantó mucho revuelo, se está estudiando pero, de momento, no está claro qué trascendencia tiene en el ser humano", dice este digestólogo.
Sí se ha visto, sin embargo, que las personas con algunas enfermedades mentales o neurodegenerativas (párkinson, depresión, alzhéimer) o con el trastorno del espectro autista tienen una colonización bacteriana anormal, si bien no se ha conseguido revertirlas incluso corrigiendo estas alteraciones. Aun así, otros experimentos sí han demostrado que se puede reducir la ansiedad, por ejemplo, gracias a preparados probióticos.

¿Qué pasa con la higiene?

Según explica Martin J. Blaiser en el libro 'SOS Microbios' (Debate), las "plagas modernas" (obesidad, diabetes infantil, asma, fiebre del heno, alergias a determinados alimentos, reflujo esofágico, cáncer, enfermedad celíaca, enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa, autismo, eczemas) tienen que ver, para muchas personas, con la "hipótesis de la higiene". Es decir, muchos padres creen que, debido a que "hemos dejado el mundo demasiado limpio", los sistemas inmunitarios de los hijos se han quedado inactivos. Pero Blaiser no comparte esta explicación.
Para este médico las causas de estas enfermedades son "el uso excesivo de antibióticos en humanos y animales, las cesáreas y el uso generalizado de desinfectantes y antisépticos". También advierte de que la pérdida de diversidad de nuestro microbioma "afecta al metabolismo, la inmunidad y la cognición". "Si no cambiamos nuestros hábitos, nos veremos en una situación aún peor. Tan lúgubre como una ventisca en un paisaje helado, que he dado en llamar invierno antibiótico", sostiene.
Los microbios, dice Blaiser,  ayudan a mantener estable la presión arterial a través de receptores especializados ubicados en los vasos sanguíneos. "Estos sensores detectan pequeñas moléculas creadas por los microbios que recubren el intestino. Su respuesta a estas moléculas regula la presión arterial. Así, después de comer, la tensión puede bajar", dice Blaiser. Según él, es muy posible que en un futuro haya tratamientos mejores para la hipertensión utilizando estas bacterias. 

martes, 3 de diciembre de 2019

DÍA INTERNACIONAL DE LA DISCAPACIDAD.3 DE DICIEMBRE.

Resultado de imagen de IMAGEN DISCAPACIDAD NIÑOS


                                                                                                                                                                                                                                                                                                               JUNTOS PARA  QUE NADA SEA IMPOSIBLE   

lunes, 2 de diciembre de 2019

Consiguen trata por primera vez en España con células madre a un paciente con enfermedad de Crohn.

El tratamiento ofrece una alternativa nueva y mínimamente invasiva para la atención de pacientes con fístulas perianales compleja.9

 30 NOV 2019 / 13:02 H

El Hospital Montecelo del Complexo Hospitalario Universitario de Pontevedra ha tratado quirúrgicamente por primera vez en España con terapia de células madre a un paciente con enfermedad de Crohn aquejado de una fístula perianal compleja.
La enfermedad de Crohn afecta a casi 1,1 millones de personas en la Unión Europea, siendo las fístulas perianales una de sus complicaciones más debilitantes. Se calcula que por cada 100.000 habitantes en Galicia hay 250 pacientes con enfermedad de Crohn.
Por parte de la Gerencia del Área Sanitaria de Pontevedra y O Salnés han destacado el “papel de liderazgo nacional” que asumen en este campo gracias a un proyecto sanitario e investigador que es fruto del “trabajo interdisciplinar” desde junio de 2012 en “coordinación permanente” entre los servicios de Aparato Digestivo, Cirugía General y Digestiva, Farmacia y Radiodiagnóstico, en colaboración con la compañía biofarmacéutica japonesa Takeda, que firmó un acuerdo de riesgo compartido con el Ministerio de Sanidad para financiar la aplicación de esta terapia celular en el Sistema Nacional de Salud.
Según señalaron por parte del servicio de Aparato Digestivo el de Pontevedra ha sido uno de los primeros servicios de España y el único de Galicia autorizado técnicamente para efectuar desde 2012 los ensayos clínicos ADMIRE CD y ADMIRE CD II.
De este modo, de 11 pacientes con esta dolencia incluidos de manera pionera en esos ensayos en esta área sanitaria con células madre, en cinco casos el tratamiento fue eficaz, en tres casos ha sido efectivo parcialmente y los tres pacientes restantes continúan en seguimiento de tratamiento.
“Son unos resultados esperanzadores para la calidad de vida de ciertos pacientes con patología intestinal”, han valorado los responsables médicos.
Las técnicas y pruebas efectuadas en el servicio de Radiodiagnóstico de Pontevedra se refrendaron desde el año 2012 como “puerta de entrada para categorizar y seleccionar bajo criterios de inclusión” a los pacientes con fístulas perianales complejas susceptibles de incluirse en este proyecto y beneficiarse de estos tratamientos con células madre, han subrayado los responsables de este servicio.
ALTERNATIVA
Por parte del servicio de Cirugía General y Digestiva han señalado que el tratamiento quirúrgico con células madre que se efectuó este viernes en Montecelo por primera vez en España “ofrece una alternativa nueva y mínimamente invasiva” para la atención de pacientes con fístulas perianales complejas que no responden a las terapias “actualmente disponibles” y que tuvieron hasta ahora “opciones limitadas de tratamiento”.
Asimismo, los responsables de este servicio han añadido que la unidad de coloproctología del Complexo Hospitalario Universitario de Pontevedra está “altamente cualificada” para realizar las técnicas “más innovadoras”, con un “alto grado” de cirugía por vía laparoscópica.
Además el servicio de Cirugía General y Digestiva de Pontevedra también colabora en otros proyectos de investigación, hecho que le confiere un “alto grado de especialización”.
Según han explicado durante la presentación de este viernes en Montecelo, la participación de Servicio de Farmacia fue “clave” en el seguimiento del proceso de fabricación y distribución, ya que al tratarse de terapia celular, el mantenimiento de las condiciones de conservación y el tiempo de estabilidad de las células madre deben estar monitorizadas desde la planta de fabricación hasta su reconstitución en el área quirúrgica para la implantación en el paciente concreto.