- Pertenece a un grupo de enfermedades conocidas como enfermedades inflamatorias del tracto gastrointestinal (EII).
- Enfermedad inflamatoria crónica que afecta el intestino grueso o colon
- Afecta la pared interna del intestino denominada mucosa, la cual inicia con inflamación hasta la formación de lesiones comúnmente llamadas úlceras.
Manifestaciones clínicas
- Diarrea con moco y sangre
- Tenesmo (sensación de ganas de evacuar)
- Urgencia para evacuar o incontinencia
- Fiebre
- Pérdida de peso
- Dolor abdominal
- Anemia
- Principales :
La CU es una enfermedad crónica inflamatoria del colon (intestino grueso) que a menudo ocurre en los adolescentes y adultos jóvenes, pero también puede ocurrir a cualquier edad. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal, urgencia intestinal, diarrea y sangre en las heces. La inflamación comienza en el recto y se extiende hacia el colon de manera continua.
Al leer acerca de las enfermedades inflamatorias del tracto gastrointestinal, necesita saber que la colitis ulcerosa no es lo mismo que la enfermedad de Crohn, otro tipo de EII. Los síntomas de estas dos enfermedades son bastante similares, pero las áreas afectadas de su cuerpo son diferentes. La enfermedad de Crohn puede afectar cualquier parte del tracto gastrointestinal, pero la colitis ulcerosa está limitada al colon— también llamado el intestino grueso. La enfermedad de Crohn también puede afectar todo el grosor de la pared intestinal, mientras que la colitis ulcerosa sólo involucra la parte más profunda de la pared intestinal. Y por último, en la enfermedad de Crohn, la inflamación del intestino puede “saltarse”— dejando áreas normales entre las áreas afectadas por la enfermedad intestinal. En la colitis ulcerosa, esto no ocurre. En sólo el 10 por ciento de los casos las características de la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn coinciden. Esta enfermedad se conoce como colitis indeterminada.
La colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn pueden ser confundidas con el síndrome del intestino irritable (SII). La EII y la SII pueden sonar similares y comparten algunos de los mismos síntomas, pero son condiciones diferentes. Los síntomas de la SII incluyen diarrea, constipación y dolor abdominal. El obtener un diagnóstico correcto es importante porque el tratamiento para la EII es diferente al tratamiento para la SII. Cabe notar que algunas personas con EII también tienen SII.
¿A quién le da la colitis ulcerosa?
Hay información limitada de la EII en Latinoamérica. Estudios individuales llevados a cabo en los años 90 de regiones en Panamá, Argentina, Chile y Brasil mostraron muy poca evidencia de la enfermedad. Se requieren más estudios para obtener un mejor estimado del número de personas con EII que viven en Latinoamérica.
Ese número está dividido en partes casi iguales entre las dos enfermedades. Algunos datos resumidos y estadísticas:
- El promedio de personas más frecuentemente diagnosticadas con la colitis ulcerosa fluctúa entre los 15 y 35 años de edad.
- Los hombres parecen estar afectados más que las mujeres.
- Los hombres tienen mayor probabilidad de ser diagnosticados con colitis ulcerosa entre los 50 y 60 años de edad.
- La colitis ulcerosa es más común entre los caucásicos, pero puede afectar a personas de cualquier raza o grupo étnico.
- Esta enfermedad se encuentra comúnmente en los países desarrollados, las áreas urbanas y climas nórdicos. Sin embargo, algunos de estos patrones de enfermedad están cambiando gradualmente. Por ejemplo, el número de casos de la EII está aumentando en partes del mundo en vías de desarrollo, incluyendo China, India y América del Sur.
- Los investigadores han descubierto que la colitis ulcerosa tiende a correr en las familias. Los estudios han mostrado que del 5% al 20% de los individuos afectados tienen un pariente en primer grado que sufre de la EII. No se ha identificado ningún patrón específico de herencia, esto quiere decir que no hay manera de predecir cuál, si es que alguno, de los miembros de la familia desarrollará la colitis ulcerosa.
- Los familiares de las personas diagnosticadas con la colitis ulcerosa no necesitan obtener análisis automáticamente; si desarrollan síntomas, deben ser evaluados por un gastroenterólogo. Existen varias condiciones que tienen síntomas que son similares a la EII, por lo que es importante obtener un diagnóstico correcto.
Factores causantes de la colitis ulcerosa
Nadie sabe las causas exactas de la enfermedad, pero lo cierto es que nada de lo que haya hecho el paciente lo ocasiono ni tampoco se debe a un contagio. No está relacionado con lo que se come o se bebe ni con el estrés, por lo cual el paciente no debe sentirse culpable o pensar que pudo haber hecho algo para evitar la colitis ulcerosa.
La mayoría de los expertos piensa que hay una explicación multifactorial. Esto quiere decir que se necesita un número de factores trabajando en conjunto para dar lugar a la colitis ulcerosa. Los tres factores principales que se sospecha son:
- Un detonante ambiental
- Un componente genético
- Una reacción inapropiada del sistema inmunológico del organismo
Lo más seguro es que una persona hereda uno o más genes que la hacen susceptible a la colitis ulcerosa. Entonces algo en el ambiente ocasiona que el sistema inmune responda en forma anormal, aunque no se sabe cuál es esa condición ambiental; sin embargo, cualquiera que sea la causa, eso provoca que el sistema inmune se agudice, atacando al intestino grueso y ahí es cuando comienza la inflamación. Desafortunadamente, el sistema inmunológico no deja de agudizarse, la inflamación continúa dañando la pared del colon, causando los síntomas de la colitis ulcerosa.
Signos y Síntomas
Con la inflamación y ulceración de la pared intestinal, ésta pierde la habilidad para absorber agua del desecho que pasa por el colon; esto provoca que se aflojen las heces y se produzca diarrea. La pared intestinal dañada puede comenzar a producir mucha mucosidad en las heces. Además, la ulceración de la pared del intestino puede resultar en sangrado, dando como resultado heces sanguinolentas. Eventualmente, esa pérdida de sangre puede causar conteo bajo de células rojas, también conocido como anemia.
La mayoría de las personas con colitis ulcerosa sufren de urgencia de defecar así como también dolor abdominal y cólico. El dolor puede ser más fuerte en el lado izquierdo, pero puede presentarse en cualquier parte del abdomen.
Todo esto en conjunto puede resultar en pérdida de apetito y posteriormente pérdida de peso; estos síntomas, junto con la anemia, pueden conducir a cansancio. Existe la posibilidad de que los niños que sufren de colitis ulcerosa tengan deficiencias en su desarrollo y crecimiento.
Además de los síntomas en el tracto gastrointestinal, algunas personas también pueden sufrir una variedad de síntomas en otras partes del cuerpo, asociados con la colitis ulcerosa.
Los signos y síntomas de la enfermedad pueden ser evidentes en:
- Ojos (enrojecimiento, dolor y comezón)
- Boca (llagas)
- Articulaciones (inflamación y dolor)
- Piel (erupciones dolorosas, ulceraciones dolorosas y otras llagas/salpullido)
- Huesos (osteoporosis)
- Riñones (piedras)
- Hígado (colangitis esclerosante primaria, hepatitis y cirrosis)
Todos éstos son conocidos como manifestaciones extraintestinales de la colitis ulcerosa porque ocurren fuera del intestino. En algunas personas éstos pueden ser los primeros signos de colitis ulcerosa, los cuales aparecen años antes de los síntomas del intestino. En otros pueden ocurrir inmediatamente antes de que brote la enfermedad.
Variedad de síntomas
Aproximadamente la mitad de los pacientes con colitis ulcerosa tienen síntomas relativamente leves. Sin embargo, otros pueden sufrir de cólicos abdominales severos, diarrea sanguinolenta, náuseas y fiebre. Los síntomas de la colitis ulcerosa tienden a ir y venir.
Entre brotes, es posible que las personas no experimenten el más mínimo dolor. Estos períodos libres de enfermedad (conocidos como remisión) pueden extenderse por varios meses o años, aunque típicamente los síntomas eventualmente regresan. El curso impredecible de la colitis ulcerosa dificulta a los médicos a evaluar si un programa de tratamiento en particular ha sido efectivo o si la remisión ocurrió por si sola
Tipos de colitis ulcerosa y sus síntomas
Los síntomas de la colitis ulcerosa variarán dependiendo de la magnitud de la inflamación y el lugar donde se encuentra la enfermedad dentro del intestino grueso. Así mismo, es muy importante saber qué parte de su intestino está afectado.
Los tipos de colitis ulcerosa más frecuentes son los siguientes:
Proctitis ulcerosa:
la inflamación intestinal está limitada al recto. Debido a su extensión limitada (por lo general menos de 15 centímetros del recto), la proctitis ulcerosa tiende a ser el tipo más leve de colitis ulcerosa. Los síntomas incluyen sangrado rectal, urgencia y dolor rectal.
Proctosigmoiditis:
colitis que afecta el recto y el colon sigmoideo (el segmento inferior del colon localizado inmediatamente arriba del recto). Los síntomas incluyen diarrea sanguinolenta, cólicos y tenesmo (esfuerzo para defecar). Es posible que se presente dolor en la parte izquierda inferior del abdomen mientras que la enfermedad esté activa.
Colitis distal:
inflamación continua que comienza en el recto y se extiende hasta el ángulo esplénico (una curva del colon cerca del bazo en la parte superior izquierda del abdomen). Los síntomas incluyen pérdida de apetito, pérdida de peso, diarrea sanguino- lenta y dolor abdominal severo en la parte izquierda del abdomen.
Pancolitis:
afecta todo el colon. Los síntomas incluyen pérdida de apetito, diarrea sanguinolenta, dolor abdominal severo, y pérdida de peso.
¿Cómo se diagnostica?
El primer paso para determinar el diagnóstico es tomar el historial médico detallado de la familia y del paciente, incluyendo información completa de los síntomas. También se lleva a cabo un examen físico.
Ya que otras enfermedades pueden producir los mismos síntomas que la CU, el médico se basa en varios análisis médicos para descontar otras posibles causas de los síntomas, como una infección, por ejemplo:
Los análisis pueden incluir:- Análisis de las heces, para descartar una infección o para revelar si hay sangre.
- Análisis de sangre, para detectar la presencia de inflamación y anticuerpos.
- Sigmoidoscopía, con la intención de examinar el recto y el tercio inferior del colon.
- Colonoscopía, con el fin de examinar todo el colon y la punta del intestino delgado.
Otras consideraciones
Cirugía
La mayoría de las personas con colitis ulcerosa responden bien al tratamiento médico y es posible que nunca tengan que someterse a una intervención quirúrgica. Sin embargo, entre el 25 y el 33% de individuos pueden requerir cirugía en algún momento.
A veces la cirugía es indicada para aliviar varias complicaciones, estas incluyen sangrado severo de ulceraciones profundas, perforación (ruptura) del intestino y megacolon tóxico.
También se puede considerar la cirugía para extirpar todo el colon y el recto (una proctocolectomía), cuando las terapias médicas ya no controlan la enfermedad eficientemente o cuando se encuentran cambios precancerosos en el colon. A diferencia de la enfermedad de Crohn, la cual puede recurrir después de la cirugía, la colitis ulcerosa se “cura” una vez que el colon es extirpado. Sin embargo, debido a que la colitis ulcerosa es una enfermedad que afecta el sistema inmunológico, síntomas extraintestinales que ocurren antes de la cirugía —tal como dolor en las articulaciones o enfermedades de la piel— pueden recurrir aún después de que el colon ha sido extirpado.
Dependiendo de un número de factores, incluyendo el grado de la enfermedad y la edad de la persona y la salud en general, una de dos opciones quirúrgicas podría ser recomendarse. La primera involucra una bolsa externa conocida como ileostomía, la cual es una apertura en el abdomen por la cual las heces son vaciadas a una bolsa adherida a la pared abdominal. La segunda es una bolsa interna llamada bolsa anastomosis ileoanal, es creada al adherir el intestino delgado al músculo esfínter del ano, lo cual elimina la necesidad de una bolsa externa.
Posibles complicaciones
Las complicaciones de ninguna manera son inevitables o aún frecuentes—especialmente en pacientes tratados apropiadamente, pero son lo suficientemente comunes y cubren una gama tan amplia, que es importante estar familiarizados con ellas.
El reconocimiento temprano frecuentemente significa un tratamiento más efectivo. Las complicaciones pueden incluir sangrado intestinal profuso (incluyendo coágulos de sangre en las heces) y megacolon tóxico (un acontecimiento poco común). Ocasionalmente, las personas pueden desarrollar complicaciones que pueden ser serias, como cáncer colorectal, pero esto ocurre en un número muy pequeño de personas afevtadas con EII.
La infección también debe preocupar. Hay un incremento en la infección por Clostridium difficile, particularmente en los pacientes hospitalizados. Los síntomas de esta infección bacterial, incluyendo diarrea e inflamación del colon, imitan aquellos de los brotes de la EII. Las personas que sufren de la colitis ulcerosa están en mayor riesgo que aquellos con la enfermedad de Crohn, y todos los pacientes con EII tratados con drogas inmunosupresoras o antibióticos tienen mayor riesgo. Los análisis tempranos y el comenzar una terapia médica apropiada inmediata pueden mejorar los resultados individuales y evitar el riesgo de complicaciones.
Dieta y nutrición
Es posible que los pacientes se pregunten si ciertas comidas contribuyeron o causaron su colitis ulcerosa. La respuesta es “no.” Sin embargo, una vez que la enfermedad se ha desarrollado, sus síntomas pueden disminuir si presta atención a su dieta, reemplaza nutrientes perdidos y promueve curación.
No hay una sola dieta o plan alimenticio que vaya a ser beneficioso para todos los que sufren de colitis ulcerosa. Las recomendaciones dietéticas deben ser formuladas de forma individual, para cada paciente, dependiendo de la parte del intestino afectada y de los síntomas. La colitis ulcerosa varía de persona a persona y hay cambios dentro de la misma persona con el paso del tiempo. Lo que fue beneficioso para un paciente con colitis ulcerosa no necesariamente lo va a ser bueno para otra persona con la misma enfermedad y lo que funcionó antes no necesariamente funcionará actualmente.
Podrá haber momentos en que puede ser beneficioso modificar la dieta, particularmente durante un brote. Algunas pueden ser recomendadas por el médico en diferentes ocasiones, incluyendo:
- Dieta baja en sodio durante terapia con corticosteroides para reducir la retención de agua.
- Dieta baja en fibra, recomendada para evitar la estimulación del movimiento intestinal en la colitis ulcerosa.
- Dieta libre de lactosa, para aquellos que tienen intolerancia a los productos lácteos.
- Dieta alta en calorías, para quienes sufren de pérdida de peso o un retraso en el crecimiento.
Algunos pacientes con EII pueden tener deficiencia de ciertas vitaminas y minerales (incluyendo la vitamina B-12, ácido fólico, vitamina C, hierro, calcio, zinc, y magnesio) o dificultad para ingerir suficientes alimentos y obtener las necesidades calóricas. El médico puede identificar y corregir estas deficiencias con suplementos vitamínicos y nutricionales.
Mantener un diario de los alimentos que se consumen puede ser de gran ayuda, pues permite ver la conexión entre lo que se come y los síntomas que pueden surgir. Si ciertos alimentos le están causando problemas digestivos, es importante evitarlos. Aun cuando algunos alimentos específicos no empeoran la inflamación subyacente de la colitis ulcerosa, ciertos alimentos tienden a empeorar los síntomas. A continuación, algunas sugerencias de utilidad:
- Reduzca la cantidad de comida grasa o alimentos fritos en su dieta, los cuales pueden causarle diarrea y gas.
- Coma porciones más pequeñas a intervalos más frecuentes.
- Limite el consumo de leche o productos lácteos si tiene intolerancia a la lactosa.
- Evite las bebidas gaseosas si tiene problemas excesivos de gas.
- Limite la cafeína cuando tenga diarrea fuerte, ya que la cafeína puede actuar como laxante.
- Los alimentos blandos pueden tolerarse mejor que los alimentos picantes o muy condimentados.
- Limite el consumo de ciertos alimentos que contengan mucha fibra tales como las nueces, las semillas, el maíz y las palomitas de maíz. Debido a que estos alimentos no son digeridos completamente por el intestino delgado, pueden causarle diarrea. Es por eso que a menudo se sugiriere una dieta baja en fibra y compuestos con bajo contenido de fibra.
La colitis ulcerosa puede controlarse con buena nutrición. La buena nutrición es esencial en cualquier enfermedad crónica, pero especialmente en ésta. El dolor estomacal y la fiebre pueden causar pérdida de apetito y peso; la diarrea y el sangrado rectal pueden robarle al cuerpo fluidos, minerales, y electrolitos. Los nutrientes en el cuerpo deben permanecer balanceados para que el cuerpo funcione adecuadamente.
Eso no significa que el paciente deba comer ciertos alimentos y evitar otros; la mayoría de los médicos recomienda una dieta bien balanceada para evitar la deficiencia nutricional. Una dieta saludable debe contener una variedad de alimentos de todos los grupos alimenticios, con carne, pescado, pollo y productos lácteos, que si se toleran son fuente de proteína. Pan, cereales, almidones, frutas y vegetales son fuente de carbohidratos; la margarina y los aceites son fuente de grasas. Un suplemento dietético tal como un complejo multivitamínico, puede servir de suplemento.
Vivir su vida
Saber que se padece colitis ulcerosa puede ser difícil y estresante, pero con el tiempo esto puede dejar de ser motivo de preocupación. Sin embargo, mientras se pone bajo control es importante no ocultar a la familia, amistades y compañeros de trabajo la enfermedad. Hablar del tema con el círculo de convivencia permitirá recibir ayuda y apoyo.
Es importante, también, aprender que hay un sin número de estrategias que permiten una vida más llevadera con la colitis ulcerosa; las técnicas para manejar la enfermedad pueden tomar varias formas. Por ejemplo, los ataques de diarrea o el dolor estomacal pueden atemorizar en lugares públicos, pero lo único que se necesita es un poco de planeación y práctica.
Quizás sea de utilidad incorporar algunos de los siguientes pasos:
- Enterarse dónde están los baños en un restaurante, en áreas comerciales, en los cines/teatros y en el transporte público.
- Cuando viaje, llevar consigo ropa interior extra, papel higiénico o toallitas húmedas.
- Cuando el viaje sea más lejos o por un mayor período de tiempo, hablar primero con el médico y entre sus planes de viaje incluir una buena reserva de medicamento y tener el nombre genérico por si acaso se le agota o lo pierde, y los nombres de algunos médicos en el área que se estará visitando.
- Tratar de vivir lo más normalmente posible, continuando con las actividades que se hacían antes del diagnóstico. No hay razón por la cual no deba hacer las cosas que hacía antes o que soñaba hacer algún día.
- Aprender de otras personas estrategias en el manejo de la enfermedad.
- Organizar un grupo de apoyo con familiares y sus amigos que le ayude a manejar su enfermedad.
- Ir acompañado de un familiar o amigo como apoyo.
- Seguir las instrucciones del médico sobre sus medicamentos (aun cuando se sienta perfectamente bien).
- Mantener una actitud positiva. ¡Esa es la receta básica, y la mejor!
Aunque que la colitis ulcerosa es una enfermedad crónica seria, no es una enfermedad mortal. No cabe duda que vivir con esta enfermedad es un reto —importante recordar que la mayoría de las personas con colitis ulcerosa pueden llevar vidas llenas y productivas.
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