La anemia es un término griego que significa sin sangre (Anaima: de An-sin y haima-sangre). Se define como la disminución de la concentración de hemoglobina (Hb) en la sangre, que es el parámetro más fiable para conocer si se padece anemia. Además podemos indicar que es la patología hematológica más común y es muy frecuente en nuestro medio.
La hemoglobina, es una hemoproteína de coloración roja, que se considera como una porción de los glóbulos rojos (también llamados eritrocitos). Su función es transportar el oxígeno a los órganos de su cuerpo y los tejidos, y a su vez transportar el dióxido de carbono de los órganos y tejidos de nuevo a los pulmones.
En la anemia existe un número de eritrocitos (glóbulos rojos) insuficiente para satisfacer las necesidades del organismo y, por consiguiente, siendo la hemoglobina la proteína sanguínea encargada del transporte de oxígeno por el cuerpo, muchos de los signos y síntomas de la anemia veremos que vienen marcados por esa falta de oxígeno.
Los valores establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en personas adultas se considera la presencia de anemia cuando la hemoglobina en hombres es inferior a 130 g/l y a 120 g/l en mujeres. En los niños, los niveles para determinar si padecen anemia depende de su edad. Entre los 6 meses y los 6 años, se considerará que la sufren si la hemoglobina es inferior a 110 g/l. Entre los 6 años y los 14, el nivel mínimo debe ser 120 g/l.
Hay que tener en cuenta que las necesidades fisiológicas específicas varían en función de la edad, el sexo, la altitud sobre el nivel del mar a la que vive la persona, el tabaquismo y de las diferentes etapas vitales, por ejemplo en el embarazo. Esta alteración se puede dar por diferentes motivos y en ocasiones como resulta de las enfermedades digestivas entre otras patologías.
En el caso de Enfermedad Inflamatoria Intestinal, aparece con mayor frecuencia en la enfermedad de Crohn (EC) que en la colitis ulcerosa (CU).
¿Qué es la anemia ferropénica?
Se define como tal aquella anemia cuya etiología es la carencia de hierro. Con respecto a la anemia ferropénica (AF), es la etiología más común de la anemia en la EII, con cifras de prevalencia en torno al 45%6.
En conjunto, la carencia de hierro es la causa más común de anemia, pero pueden causarla otras carencias nutricionales (entre ellas, las de folato, vitamina B12 y vitamina A), la inflamación aguda y crónica, las parasitosis y las enfermedades hereditarias o adquiridas que afectan a la síntesis de hemoglobina y a la producción o la supervivencia de los eritrocitos. La concentración de hemoglobina por si sola no puede utilizarse para diagnosticar la carencia de hierro (también llamada ferropenia). Sin embargo, debe medirse, aunque no todas las anemias estén causadas por ferropenia.
La prevalencia de la anemia es un indicador sanitario importante y, cuando se utiliza con otras determinaciones de la situación nutricional con respecto al hierro, la concentración de hemoglobina puede proporcionar información sobre la intensidad de la ferropenia.
¿Cuáles son los signos y síntomas de la anemia por deficiencia de hierro?
Éstos van a depender de la gravedad de la enfermedad. Si la anemia por deficiencia de hierro es leve o moderada, es posible que no se produzcan signos ni síntomas. Pero si una persona presenta sintomatología, ésta puede variar entre síntomas leves e intensos. Muchos de los signos y síntomas de la anemia por deficiencia de hierro se aplican a todo tipo de anemia.
El síntoma más frecuente de todos los tipos de anemia es el cansancio (pero éste es muy habitual en la EII y no siempre es debido a que haya anemia)
La anemia también causa sensación de falta de aliento; vértigo, especialmente al ponerse de pie; frío en las manos o los pies; palidez en la piel, las encías y el lecho de las uñas. Las uñas pueden volverse quebradizas , existir hinchazón y dolor de la lengua, grietas en las comisuras de la boca, aumento de tamaño del bazo e infecciones frecuentes.
Si no hay suficientes glóbulos rojos para transportar la hemoglobina, el corazón tiene que trabajar más para hacer circular la cantidad reducida de oxígeno en la sangre. Esto puede provocar arritmia, soplos, aumento de tamaño del corazón, en ocasiones más graves con dolor en el pecho y hasta insuficiencia cardíaca.
Algunos signos y síntomas de la anemia por deficiencia de hierro tienen relación con las causas de la enfermedad. Por ejemplo, las deposiciones (materia fecal, excremento o heces) de color negro alquitrán o las deposiciones con sangre de color rojo vivo pueden ser signos de sangrado intestinal.
El sangrado menstrual abundante o muy largo y otros tipos de sangrado vaginal pueden indicar que una mujer corre el riesgo de sufrir anemia por deficiencia de hierro.
En los bebés y los niños pequeños los signos de anemia comprenden falta de apetito, retraso en el crecimiento y el desarrollo, y problemas de conducta.
Anemia en la EII
La anemia constituye la complicación extraintestinal más común en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal. Es tan frecuente que resulta imprescindible realizar controles analíticos periódicos para detectarla y tratarla precozmente. Los mecanismos que la generan pueden ser diversos, siendo el más habitual la ferropenia
seguido, y asociado en muchos casos, de la inflamación crónica.
seguido, y asociado en muchos casos, de la inflamación crónica.
Con lo que podríamos clasificarla según el tipo de anemia en la E.I.I.: ferropénica, por inflamación, y un tipo descrita como mixta.
En ocasiones cuando la anemia es severa, el paciente puede precisar de una transfusión sanguínea.
La hemoglobina baja, independientemente de las causas, produce el mismo daño y las mismas complicaciones en todos los pacientes. Los niños y los ancianos son especialmente sensibles a los bajos niveles de oxígeno. Por otro lado, el carácter complejo de los mecanismos de producción de la anemia en la enfermedad inflamatoria intestinal con frecuencia plantea dudas acerca del tratamiento más adecuado.
En el siguiente artículo del Dr. P. Gisbert y el Dr. Gomollón, sobre Tratamiento de la anemia en la enfermedad inflamatoria intestinal, encontramos conclusiones tan importantes como:
- La anemia es la complicación sistémica más frecuente de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII).
- La ferropenia —aun sin anemia— es tan frecuente que puede considerarse la regla más
que la excepción en los pacientes con EII. - La anemia en la EII es frecuentemente compleja y multifactorial.
- La medida más importante para el control de la anemia es el tratamiento de la propia EII.
- Para tratar la anemia ferropénica en la EII, el hierro por vía intravenosa es más eficaz que por vía oral, ya que logra una mayor y más rápida respuesta con una menor incidencia de efectos adversos.
- Las indicaciones del hierro por vía intravenosa en la EII son: anemia grave (hemoglobina < 10 g/dl), intolerancia a la vía oral, ausencia de respuesta al hierro oral y EII con actividad grave.
- La eritropoyetina siempre debe combinarse con hierro por vía intravenosa para hacer frente al incremento de la demanda férrica debida al aumento de la eritropoyesis
Conclusiones
Además de ser muy frecuente, la importancia de la anemia (incluso la ferropenia sin anemia), estriba en su impacto negativo en la calidad de vida de quien la sufre, que puede ser tan deficiente similar a la de pacientes anémicos con cáncer avanzado.
La identificación correcta de los pacientes con anemia así como la instauración del tratamiento más idóneo serán los dos pilares fundamentales para la mejoría de la calidad de vida de los enfermos.
El uso correcto de los suplementos de hierro, administrados vía oral y las nuevas formulaciones de hierro parenteral, con o sin eritropoyetina asociada, revolucionaron el abordaje de esta complicación evolutiva de la enfermedad inflamatoria intestinal.
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