Aunque la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa puedan parecer
lo mismo, lo cierto es que cada una de ellas tiene sus particularidades, si
bien es cierto que comparten muchos aspectos. Entre ellos, el mecanismo
del proceso inflamatorio, que es igual en ambas dolencias. Además, las
dos forman parte de lo que se llama Enfermedades Inflamatorias Intestinales.
Los síntomas más característicos son bastante similares en las dos
dolencias, aunque las áreas del cuerpo a las que afectan son distintas. Mientras
la enfermedad de Crohn puede afectar a cualquier parte del tubo
digestivo, desde la boca hasta el ano, la colitis ulcerosa se limita al colon.
Entre sus diferencias se encuentran también las lesiones que provocan. Por
ejemplo, la enfermedad de Crohn lesiona el intestino delgado de forma preferente y
puede originar granulomas (masas en forma de esferas compuestas por células
del sistema inmunitario que se agrupan cuando intentan aislar sustancias que
el cuerpo no reconoce) y fístulas (fisuras que se abren en la piel o en las mucosas).
La colitis ulcerosa en cambio no lesiona el intestino delgado ni causa granulomas
o fístulas.
Esto es así porque en la enfermedad de Crohn, la inflamación penetra en toda la
pared intestinal, de manera que queda engrosada, mientras que la colitis ulcerosa
sólo afecta a la parte más profunda de la pared intestinal.
Otra de las diferencias entre colitis ulcerosa y Crohn es que esta última
puede dejar áreas normales entre las áreas afectadas por la inflamación, algo
que no ocurre en la colitis ulcerosa.
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