Las relaciones íntimas en las personas afectadas se pueden ver alteradas por la enfermedad en sí, por la medicación que recibe o por una intervención quirúrgica. También, los síntomas que produce pueden afectar a la imagen corporal, disuadiendo a la persona a perseguir una relación íntima.
Las fístulas (canales anormales que conectan el intestino con la piel o los órganos circundantes) pueden afectar la vida sexual de la persona..
Algunas cirugías, como la implantación de una bolsa en ostomizados, con retirada del recto, tienen el riesgo de lesionar los nervios autonómicos pélvicos que controlan la erección y la eyaculación.
En las mujeres, la lesión de los nervios pélvicos puede disminuir la sensibilidad del clítoris. La extirpación del recto puede alterar la posición de los órganos adyacentes y provocar dispareunia (dolor al realizar la cópula).
La impotencia masculina provocada por una intervención quirúrgica o por la medicación recibida puede ser tratada por su médico, que pondrá a su alcance el remedio más oportuno. No tema consultarle.
Independientemente del dolor y la fatiga, algunos adultos experimentan la sensación de pobre imagen corporal, lo que puede afectar al despertar sexual. Una imagen negativa de tu cuerpo puede ser un impedimento importante a la hora de mantener relaciones. Si usted asume la totalidad de su imagen corporal podrá afrontarlo con su pareja. La pareja debe hablar abiertamente sobre la enfermedad, síntomas y qué es lo que puede ocurrir en un momento determinado..
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