jueves, 24 de septiembre de 2020

Síndrome de la arteria mesentérica superior.

 Resumen


El síndrome de la arteria mesentérica superior se refiere a los problemas que ocurren cuando el duodeno (la primera parte del intestino delgado que se conecta la estómago) es apretado entre dos arterias (la aorta y la arteria mesentérica superior). Esta compresión causa la obstrucción parcial o completa del duodeno.[1] Las señales y los síntomas pueden ser plenitud abdominal, hinchazón después de las comidas, náuseas y vómitos, y calambres abdominales que mejoran al acostarse al lado izquierdo. El síndrome de la arteria mesentérica superior ocurre más en personas flacas o que hayan crecido muy rápidamente o que hayan perdido peso rápido debido a alguna enfermedad o a una cirugía. En pacientes más jóvenes ocurre con mayor frecuencia después de una cirugía para corregir una curvatura anormal de la columna llamada escoliosis. También puede ocurrir junto con pancreatitis, úlceras pépticas, y otras enfermedades inflamatorias abdominales.[2] Es importante que se haga el diagnóstico temprano para evitar complicaciones.[3] El tratamiento se hace para tratar la causa de la enfermedad, y dar una nutrición adecuada y en la mayor parte de los casos es conservador pero en algunos casos no hay mejora de algunos síntomas y se necesita hacer una cirugía.[1][2][3] Vea una imagen del duodeno y las alteraciones que causan el síndrome de la arteria mesentérica superior
Última actualización: 6/14/2018

Las señales y síntomas del síndrome de la arteria mesentérica superior varían, pero pueden incluir:[2][3][4][1]
  • Sensación de estómago lleno 
  • Distensión después de las comidas 
  • Náuseas y vómitos que pueden contener restos de alimentos que fueron más o menos digeridos en el estomago 
  • Dolor en región media del abdomen "cólico" que puede ser aliviado al pararse, acostarse al lado izquierdo o sentarse llevando las rodillas al pecho
  • Obstrucción del intestino delgado
  • Pérdida de peso

Última actualización: 6/14/2018

La arteria mesentérica superior forma un ángulo de más o menos 38° a 65° cuando sale de la aorta abdominal y está envuelta en una almohadilla de grasa del mesenterio y de tejido linfático. La tercera parte del duodeno está situada debajo del ángulo formado entre las dos arterias (ángulo aorto-mesentérico) de forma que, cualquier factor que reduzca este ángulo hace con que la arteria mesentérica superior presione el duodeno y lo prense entre ella y la aorta. La compresión del duodeno resulta en un bloqueo de los alimentos que pasan por el duodeno dando lugar a síndrome de la arteria mesentérica superior.[1][3]

Vea una imagen del duodeno y las alteraciones que causan el síndrome de la arteria mesentérica superior.

Hay varios factores que pueden disminuir el ángulo entre la aorta y la arteria mesentérica superior:[1][3] 
  • Rápida pérdida de peso: El ángulo entre la aorta y la arteria mesentérica superior depende en parte de la almohadilla de grasa mesentérica, por lo que la abertura del ángulo depende mucho de la cantidad de gordura del cuerpo de la persona (índice de masa corporal). Por eso, el síndrome es más común cuando hay pérdida de peso muy grande (que resulta en pérdida de la almohadilla de grasa mesentérica) como cuando hay enfermedades debilitantes graves, anorexia nerviosa, traumas en la espalda, o cirugías o enfermedades que requieran inmovilización con yeso o mucho tiempo de reposo en la cama que llevan a la pérdida de peso. 
  • Cirugía para corregir escoliosis: El síndrome es más común en las mujeres y hombres que son flacos y tienen entre 10 a 30 años de edad pero en los pacientes más jóvenes ocurre con mayor frecuencia después de la cirugía correctiva de la curvatura lateral de la columna (escoliosis) porque esta cirugía alarga la columna vertebral y puede desplazar el origen de la arteria mesentérica superior y reducir el ángulo aorto-mesentérico. 
  • Defectos congénitos: En raras veces, hay un ligamento de Treitz más corto (el ligamento de Treitz es un tejido que suspende el duodeno en su posición normal) o la arteria mesentérica superior tiene un origen más bajo que lo normal en la aorta. 
  • Adherencias peritoneales: Las adherencias son bandas de tejido cicatricial que se pueden formar después de cirugías abdominales o de problemas en órganos del abdomen como pancreatitis o ulcera péptica y pueden ayudar a comprimir el duodeno. 
  • Síndrome de la compresión del tronco celiaco: Se han reportado varios casos del síndrome de la arteria mesentérica superior, que también tienen el síndrome de compresión del tronco celíaco.

Hay raros casos en que hay más de un paciente en la misma familia y también ha sido descrito en gemelos por lo que parece que en algunos casos hay una propensión a tener la enfermedad (predisposición genética). En algunos casos no se encuentra la causa (idiopática) de la enfermedad.

Última actualización: 6/14/2018

Se puede sospechar del síndrome de la arteria mesentérica superior con base en las señales y los síntomas, aunque los síntomas pueden ser inespecíficos. Muchas veces, el diagnóstico se hace únicamente después de que se hayan descartado otras causas de los síntomas.[3]

Las pruebas que pueden ser necesarias para evaluar una persona con síntomas de la arteria mesentérica superior incluyen rayos X abdominales simples, exámenes radiográficos en serie del tracto gastrointestinal superior, ultrasonido, arteriografía y tomografía computarizada (tomografía computarizada).[1][3]

Cuando el diagnóstico no se hace temprano puede haber complicaciones significativas, incluyendo neumatosis gástrica (gas dentro de las paredes del tracto gastrointestinal), acumulación de gas en la vena porta, formación de una masa sólida de material no digerible dentro del duodeno, o, en algunos casos,  muerte debido a alteraciones electrolíticas o perforación gástrica.[3]
Última actualización: 7/6/2017

El tratamiento para el síndrome de la arteria mesentérica superior es hecho para aliviar los síntomas que causan la enfermedad.[1] Por ejemplo, los síntomas suelen mejorar después de que la pérdida de peso se restaura o cuando se quita el yeso en los casos en que la persona esta inmóvil en la cama.[2]

El tratamiento incluye:[3]
  • La descompresión nasogástrica (un tubo que pasa por la nariz hasta el estómago)
  • Nutrición adecuada que en casos graves es hecha con una sonda de alimentación o se hace la alimentación por vía intravenosa para proporcionar suficientes calorías. Cuando se pueda se comienza a dar líquidos orales y se hace la introducción lenta y gradual de pequeñas y varias porciones de comidas blandas según la tolerancia del paciente hasta poderse dar los alimentos sólidos regulares. En algunos casos se usa una medicina llamada metoclopramida para que no haya vómitos. 
  • Posiciones apropiadas después de comer (como acostarse de lado izquierdo, ponerse de pie, acostarse boca abajo o sentarse poniendo las rodillas en el pecho) para aliviar los síntomas. 
  • La cirugía puede ser necesaria si otros tipos de tratamiento no funcionan. Sin embargo, otras opciones de tratamiento por lo general deben ser tratadas por lo menos 4-6 semanas antes de considerar la cirugía. Las opciones son:[3] 
Última actualización: 6/14/2018

Cuando se hace un diagnóstico temprano y un tratamiento apropiado el pronóstico es excelente en la mayoría de los casos.[1]

Sin embargo, el síndrome de la arteria mesentérica superior puede ser severamente debilitante y puede requerir manejo a largo plazo, medicamentos, nutrición parenteral costosa (alimentación intravenosa), y seguimiento riguroso.[5] Cuando la enfermedad se tarda en ser diagnosticada pueden haber muchas complicaciones.[5] En algunos casos la enfermedad es grave con complicaciones como deshidratación progresiva, hipopotasemia (bajo potasio), y oliguria (poca orina).[1]

Otras complicaciones que pueden surgir en personas con esta enfermedad son:[1]
  • Otros desequilibrios electrolíticos
  • Desnutrición
  • Hipotensión
  • Presencia de úlcera péptica
  • Neumonía por aspiración
Última actualización: 6/14/2018

Los grupos de apoyo y las organizaciones de ayuda pueden ser de utilidad para conectarse con otros pacientes y familias, y pueden proporcionar servicios valiosos. Muchos proporcionan información centrada en el paciente, e impulsionan la investigación para desarrollar mejores tratamientos y para encontrar posibles curas. Pueden ayudar a encontrar estudios de investigación, y otros recursos y servicios relevantes. Muchas organizaciones también tienen asesores medicos expertos o pueden proporcionar listas de médicos y/o clínicas. Visite el sitio en la red del grupo que le interese o póngase en contacto con ellos para conocer los servicios que ofrecen. Recuerde que la inclusión en esta lista no representa un aval de GARD.

Organizaciones de Apoyo para esta Enfermedad

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      Organizaciones de Apoyo General

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